No hace falta que vayas a Israel (o a Rusia) en diciembre para saber de qué se trata Novy God, esa fiesta tan parecido a Navidad, y al mismo tiempo tan diferente.Aquí te lo contamos…
Ashdod, Israel. En el principal mall de la ciudad, un pino con festiva decoración se yergue en una tarima junto a dos renos plateados, preparándose para un evento que encanta sobre todo a los niños: un señor panzón y de barba blanca les repartirá regalos a todos “los que se hayan portado bien”.
¿Israelíes cristianos festejando la Navidad? ¿Israelíes judíos buscando compartir la experiencia navideña?4
Ni lo uno, ni lo otro: son israelíes judíos de origen ruso que han llevado consigo a Israel el único festejo familiar universal, laico y no político que era permitido en la antigua Unión Soviética: el Novi God.
Novy God, en ruso, significa “Año Nuevo”, y también designa la celebración del día de Año Nuevo y la víspera del Año Nuevo. El árbol no es un pino de Navidad, sino una yolka de Año Nuevo (un abeto o una picea).
El señor que reparte los regalos, generalmente vestido de azul o verde, no es Papá Noel o Santa Claus, sino Ded Moroz (el “Abuelo Escarcha”), y generalmente recibe la ayuda de su nieta Snegurochka (la “Doncella de la Nieve”).
Todo comenzó hace miles de años, cuando las tribus eslavas pre-cristianas dieron nacimiento al personaje de Ded Moroz como un mago del invierno.
Y se complicó después de la Revolución Rusa, cuando Ded Moroz fue primero declarado algo así como un enemigo del pueblo, para luego ser recuperado como símbolo de la fiesta de Año Nuevo, que reemplazó a la Navidad en los tiempos soviéticos..
Algunas tradiciones navideñas fueron revividas con la convicción de que los orígenes de la festividad, que eran precristianos, eran menos importantes que los beneficios que podía aportar a los niños soviéticos (y al régimen, claro está).
Así fue como, en la época soviética, el Novy God se volvió el único día de fiesta puramente laico y sin conexión con el Partido Comunista, en el que las familias podían reunirse a celebrar sin temores.
No es sorprendente, entonces, que los israelíes judíos de origen ruso estén tan apegados a la celebración, en la que las familias se reúnen antes de la medianoche del 31 de diciembre para deleitarse con delicias del viejo país como el arenque, caviar y gelatina de vaca (joledetz), y brindar con champagne y vodka.
Algunas costumbres se han adaptado a la vida en Israel, como el uso de palmeras como árbol de Año Nuevo y el desarrollo de la celebraciones según la hora en Rusia.
Hace unos años, un grupo de activistas ruso-israelíes creó la campaña “Israel Novy God” en las redes sociales, produciendo videos humorísticos que mostraban a israelíes comunes que Novy God no era lo que pensaban que era (un ritual religioso clandestino o una excusa para beber mucho).
En esos videos también se ofrecen a ser sus anfitriones en la celebración, intentado crear una nueva tradición de Novy God en donde los israelíes de origen ruso abran sus hogares para compartir los festejos.
El Novi God va integrándose cada vez más en la multicultural sociedad israelí: el primer ministro Benjamin Netanyahu transmitió su saludos de Año Nuevo en ruso, el KKL (la autoridad forestal) distribuye árboles para la festividad (igual a como lo hace en Navidad para los israelíes cristianos), y los conscriptos de origen ruso reciben permisos especiales para celebrar con sus familias.
Pero existe una tradición que en este pasaje del 2018 al 2019 ha traído complicaciones: la de incluir en las decoraciones el animal representativo del año en el zodiaco chino
Es que 2019 , ¡es el año del cerdo!