A mayor cantidad de enfermedades serias, mayor probabilidad de morirse antes. Este regla es válida para todo le mundo, menos para los sobrevivientes de la Shoá, según un estudio reciente…
Según un reciente estudio israelí, los sobrevivientes del holocausto que viven en Israel se enferman mucho más que sus coetáneos pero viven un promedio de siete años más a pesar de tener una salud más pobre.
Los investigadores calificaron a sus hallazgos de “paradójicos”, señalando la extensa evidencia médica que relaciona las enfermedades crónicas con una menor esperanza de vida.
Una de las explicaciones posibles, es que quienes sobrevivieron pudieron haber tenido una mayor capacidad de resiliencia debido a una combinación de características genéticas (aún por demostrar), físicas y emocionales más favorables.
Otra hipótesis, no excluyente, es que esa capacidad básica de resiliencia y la misma experiencia vivida les ayudaron a pautas de comportamiento que impactaron positivamente sobre su salud.
Los investigadores del Instituto Kahn-Maccabi de Tel Aviv compararon las historias clínicas de casi 40,000 judíos nacidos en Europa entre 1911 y 1945 con las de 35,000 judíos nacidos en Israel durante esos mismos años.
Aquellos nacidos en Europa que luego emigraron a Israel fueron identificados como “sobrevivientes del Holocausto” a los fines del estudio, e incluyeron a judíos que huyeron de los nazis, a los que se sobrevivieron a los guetos, así como a judíos que fueron enviados a los campos de concentración y exterminio.
Todos los participantes en el estudio que abarcó desde 1998 hasta 2017 fueron asegurados por Macabi, uno de los principales proveedores de seguros de salud de Israel con más de 2 millones de afiliados. Los investigadores afirmaron haber ajustado los datos en función del sexo de los participantes, su nivel socioeconómico y su índice de masa corporal.
Los sobrevivientes del Holocausto tuvieron una incidencia mayor que la población general de enfermedades crónicas, como cáncer, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, ataques cardíacos, obesidad, enfermedad renal crónica y demencia.
Alrededor del 83 por ciento de los sobrevivientes del Holocausto involucrados en el estudio sufrieron hipertensión, en comparación con el 66.7% de los no sobrevivientes. Otra comparación encontró que el 30,9% de los sobrevivientes padecía enfermedad renal crónica, mientras que solo el 19,8% de la población general tenía la enfermedad.
Sin embargo, los datos también revelaron que los sobrevivientes del Holocausto en Israel vivían un promedio de 84,8 años, mientras que sus pares que no experimentaron el Holocausto tenían una esperanza de vida promedio de 77.7 años.
Los investigadores sugieren que los sobrevivientes poseían una especie de “capacidad darwiniana para sobrevivir”, una resistencia genética inherente que los ayudó a escapar del Holocausto, lo que contribuyó a su mayo longevidad.
La relación entre genes y capacidad para sobrevivir es, claro está, algo altamente especulativo (y debatible), pero la otra explicación posible lo es menos: que, como resultado de los traumas que soportaron, los sobrevivientes del Holocausto tenían mayor “alfabetización en salud”, por lo que se se informaron más y prestaron mayor atención a su salud
Por ello tenían más probabilidades de buscar tratamiento médico preventivo que el grupo control.
El equipo señaló un estudio de 2016 que descubrió que los sobrevivientes del Holocausto en Israel tenían el doble de probabilidades que los no sobrevivientes de pensar que “mantener una buena salud” es una estrategia mayor para garantizarse “la mejor vida posible”.
La alfabetización en salud se define como “el grado en que las personas tienen la capacidad de obtener, procesar y comprender la información y los servicios de salud básicos necesarios para tomar decisiones de salud apropiadas”.
Un estudio previo sugería que una óptima alfabetización en salud se asocia con una mayor esperanza de vida, porque es más probable que la persona use métodos preventivos, se realice chequeos periódicos y sea diagnosticada y tratada antes.
Puede haber otros factores entre los sobrevivientes del Holocausto que no se hayan cuantificado adecuadamente, pero que pueden estar asociados con una mejor capacidad para sobrevivir.
Se puede argumentar que el subgrupo que sobrevivió a las condiciones extremas del Holocausto tenía capacidades habilidades de afrontamiento (coping) que favorecían la resistencia a las enfermedades.
Por ejemplo, se ha demostrado que el estrés crónico está asociado con un mayor riesgo de mortalidad entre los pacientes con aterosclerosis.
Es concebible que la respuesta al estrés entre los sobrevivientes del Holocausto sea diferente, de modo que sean menos sensibles a las consecuencias de algunas condiciones. Se ha demostrado, por ejemplo, que los soldados que han experimentado traumas relacionados con l,a experiencia de combate encuentran un mayor significado y satisfacción en sus vidas posteriores como consecuencia de esas experiencias traumáticas.
Referencias:
Naama Fund, Nachman Ash, Avi Porath, Varda Shalev, Gideon Koren, Comparison of Mortality and Comorbidity Rates Between Holocaust Survivors and Individuals in the General Population in Israel
JAMA Netw Open. 2019;2(1):e186643 doi:10.1001/jamanetworkopen.