Esa es la posibilidad que deja abierta nada menos que el director del departamento de astronomía de Harvard, el astrofísico israelí Avi Loeb…
Avi Loeb dice lo que otros temen decir sobre un objeto peculiar que hizo su entrada en el sistema solar… y de paso se convierte en una estrella mediática en los Estados Unidos (y en el resto del mundo).
“No me importa lo que diga la gente” (incluyendo a sus colegas), no se cansa de repetir Loeb, director del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard y autor de uno de los artículos más controvertidos en el ámbito de la ciencia el año pasado (y también uno de los más populares en los medios de comunicación generales) .
El profesor Abraham Loeb, de 56 años, nació en Beit Hanan, un moshav en el centro de Israel, y estudió física en la Universidad Hebrea de Jerusalén como parte del programa Talpiot de las Fuerzas de Defensa de Israel para reclutas que demuestran una capacidad académica sobresaliente. Freeman Dyson, el físico teórico y el difunto astrofísico John Bahcall admitieron a Loeb en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, que contó entre sus miembros nada menos que a Albert Einstein.
En 2012, la revista Time nombró a Loeb como una de las 25 personas más influyentes en el campo del espacio. Ha ganado premios, escrito libros y publicado 700 artículos en las principales revistas científicas del mundo.
En octubre pasado, Loeb y su estudiante postdoctoral Shmuel Bialy, también israelí, publicaron un artículo en la publicación científica “The Astrophysical Journal Letters”, que planteaba seriamente la posibilidad de que una especie inteligente de alienígenas hubiera enviado una nave espacial a la Tierra.
La “nave espacial” en cuestión se llama Oumuamua, y es el primer objeto en la historia que pasa por el sistema solar y se identifica como definitivamente originado fuera de él. Este visitante interestelar llegó a nosotros desde la dirección de Vega, la estrella más brillante de la constelación Lyra, que está a 26 años luz de la Tierra. En la película de 1997 “Contacto”, es la estrella desde donde se envía la señal de radio a Jodie Foster.
Oumuamua fue descubierto por un astrónomo canadiense, Robert Weryk, usando el telescopio Pan-STARRS en el Observatorio Haleakala en Hawai. “Oumuamua” significa “primer mensajero distante” en Hawai. En otras palabras, “explorador”.
Fue descubierto el 19 de octubre de 2017, sospechosamente cerca de la Tierra (relativamente hablando, por supuesto: Oumuamua estaba a 33 millones de kilómetros de distancia de nosotros cuando fue avistado – 85 veces más lejos que la Luna de la Tierra).
Mientras que todos los planetas, asteroides y meteoritos originados dentro del sistema solar rodean en mayor o menor medida lo que se llama el plano eclíptico de nuestro Sol -ya que se formaron a partir del mismo disco de gas y polvo que giraba alrededor de sí mismo-, Oumuamua entró en el Sistema solar por el norte del plano, en una órbita hiperbólica extrema y a una velocidad de 26,3 kilómetros por segundo más rápida en relación con el movimiento del sol.
Una reconstrucción de su trayectoria muestra que Oumuamua atravesó el plano eclíptico el 6 de septiembre de 2017, cuando la gravedad del sol aceleró el objeto a una velocidad de 87,8 kilómetros por segundo. El 9 de septiembre, el objeto pasó más cerca del Sol que la órbita de Mercurio. Y el 14 de octubre, cinco días antes de que fuera descubierto en Hawai, el objeto pasó a 24,18 millones de kilómetros de la Tierra, o 62 veces la distancia de aquí a la luna.
Las características peculiares de Oumuamua han dejado perplejos a los especialistas, y son las que han llevado a Loeb a plantear la posibilidad de que se trate de un objeto artificial, creado por alguna civilización extraterrestre.
Loeb no dice que lo sea, sino que no debe excluirse por principio esa posibilidad, pues se trataría de una falta epistemológica grave y poco científica (aunque a primera vista parezca lo contrario).
La explicación alternativa con más peso, por ejemplo, afirma que podría tratarse de un cometa (aunque no tiene las características típicas de los mismos), “porque es la única explicación de que tenga aceleración propia”.
En otras palabras: solo puede ser un cometa, y no otra cosa, porque no puede ser otra cosa (un tipo de argumentación circular que se conoce como “falacia de petición de principio”).