El 12 de junio de 1269, el rey Luis IX de Francia ordena que todos los judíos lleven un distintivo rojo o amarillo para distinguirlos de los cristianos
En esta fecha de 1269, Luis IX (San Luis) de Francia ordena, sin necesidad de indicaciones de la Iglesia, que todos los judíos encontrados en público sin una insignia distintiva (amarilla o roja) fueran multados con diez libras de plata.
La insignia era generalmente en Francia un círculo de tela de ese color, y se la conocía como rouelle.
La idea de obligar a los “infieles” a llevar una insignia que los distinguiera del resto de la población era de origen musulmán, cuando el califa Omar II, (717-20) decretó que tanto judíos como cristianos llevaran una marca distintiva.
Esta especie de “gueto pret-a-porter” fue adquiriendo con el tiempo diferentes formas, colores e incluso prendas (por ejemplo un sombrero o el color de un vestido) según el país.