Cómo usar el Family Finder de JewsihGen, una de las herramientas online más útiles para la genealogía judía
Quizás los objetivos de la investigación incluyen dar con otras personas en el mundo que investigan los mismos apellidos y los mismos stetlach o pueblos o ciudades de origen.
En ese caso sugiero el uso del JewishGen Family Finder. Esto podrá permitir tomar contacto, buscar ancestros en común, o intercambiar información.
El Buscador de Familias de JewishGen – JGFF – es una base de datos con índices y referencias cruzadas, tanto por apellido como por nombre de ciudad o pueblo, con más de 85.000 apellidos diferentes, y casi 20.000 nombres de pueblos ancestrales.
Tomando como ejemplo algunos apellidos de una búsqueda reciente, la de Luis Edgardo Saidler, tenemos a título ilustrativo que una búsqueda en el JGFF por el apellido escrito SAIDLER aparentemente no da resultado.
Pero si en vez de buscarlo escrito exactamente así, buscamos “apellidos que suenan parecido” haciendo una búsqueda por código Soundex según el sistema Daitch-Mokotoff (para Saidler el código es 438900 y el JGFF lo calcula automáticamente) obtenemos 136 resultados.
Son 136 combinaciones de apellido/ lugar asociadas a investigadores cuyos nombres y datos figuran en el JGFF, a fin de poder tomar contacto con algunos de ellos.
En este caso particular, ningún Saidler, pero… Hay varias posibilidades que llaman la atención – a priori y sin investigar más allá – como Zeidler, Siedler, Seidler, Sidler, Sadler.
Para los demás apellidos que menciona, puede encontrar dos entradas para Kaspin o Kaspina, una de ellas investigada por un Sr. Kaspin de Argentina (General Roca). Puede encontrar dos entradas para Postan. Puede encontrar varios Rolnik, Rolnick, Rollnick, incluyendo un investigador de Rolnik en Argentina.
Todos deberíamos consultar el JGFF por nuestros apellidos, y figurar en él.
De las 136 entradas con apellidos que podrían “sonar parecido” a Saidler (algunos no tanto !) algunas posibilidades son fácilmente descartadas. Pero hay que tener en cuenta de manera flexible los resultados de transliteraciones, pronunciaciones, dialectos, las grafías y los orígenes de los apellidos antes de descartar nada.
Hay que “hacer sonar” en la cabeza los apellidos, imaginarse las pronunciaciones o de hecho murmurarlos imaginando los distintos acentos, olvidarse de la fonética local y recordar lo que se sepa de pronunciaciones en otros idiomas.
Según el Prof. Esterson, especializado en los nombres y sus variantes según las zonas, había cuatro dialectos principales del idisch. A esto se sumaban las modas y las afectaciones en la pronunciación.
¿Sabemos cual era el origen de la familia?¿Sabemos qué quiere decir el apellido? ¿Algun pariente lo escribía de otro modo? ¿Había un ancestro que decía “Si encontrás alguien que lo escriba Seidler” es pariente, seguro!”
Una o muchas letras de diferencia pueden no tener ninguna importancia, o por el contrario, una sola letra hacer toda la diferencia si define un apellido absolutamente desvinculado al otro.
Las vocales se pronunciaban de modo tan variable que casi pueden no tenerse en cuenta. De hecho, el sistema de codificación Daitch-Mokotoff Soundex ignora las vocales – a menos que estén al principio del apellido, o que dos vocales formen un par contiguo a una tercera que las sucede.
Para muchos la escritura de los apellidos (en muchos casos no deseados e impuestos por decreto) – y para colmo en el “ignorado” alfabeto romano – era irrelevante en el siglo XIX.
Los documentos de archivo se generaban con un funcionario del gobierno que preguntaba a un judío sus nombres, y ante la respuesta verbal de quien quizás escribía en idisch (o quizás no sabía leer y escribir), escribía el nombre y apellido en polaco, o en ruso en caracteres cirilicos, o en alemán, a partir de la pronunciación de quien le hablaba – eligiendo en el momento una forma de escribirlo, y sin su consentimiento si estuviera en condiciones de darlo.
Quizás quien hablaba y decía como llamarse era un erudito en idisch y en hebreo… pero no podía leer los caracteres usados en el documento. Y entonces después se podía encontrar una escritura “standard” del nombre en los registros judíos, pero diversas escrituras del nombre en los documentos oficiales del gobierno.
Apellidos interpretados de distinto modo, por funcionarios distintos, en ocasiones distintas… Y el registro de nacimiento de un hermano tenía un apellido escrito de modo distinto al del hermano mayor, aunque fuera el mismo.
Pero en ocasiones tampoco era el mismo, porque lo anotaban como el primer hijo varón de la vecina, que tenía sólo hijas… así no tenía que hacer el servicio militar de 25 años reservado para los judíos. Pero esa es otra historia.
Cada caso requiere un análisis particular… y quizás una inmediata carta o llamado telefónico posterior, porque dio con alguien que busca el mismo apellido infrecuente originado en el mismo caserío de 400 habitantes!
Esta es la dirección de Jewishgen:
Recomiendo registrarse como investigador en el JGFF incluyendo los datos de apellidos y lugares investigados y los datos de contacto. Para hacerlo, siga las instrucciones en las FAQ.
De ese modo, alguien que en el futuro consulte por su apellido o por su ciudad o pueblito podrá dar con Usted, y tomar contacto. 60.000 investigadores ya se registraron, incluyendo algunos que están investigando sus apellidos de interés.
Dos últimos comentarios vinculados a la etiqueta en la red :
1 – Si se mudan o cambian de dirección de email, recuerden actualizar sus datos en el JGFF
2 – Si alguien les escribe, contesten por favor. (¿Suena obvio? ¡Para algunos de los miles de inscriptos en JGFF, es una sugerencia necesaria! )…
Para los casos en que los investigadores no pueden ser localizados realmente, y no se trata de falta de respuesta, hay un servicio de ayuda.
Para los que no pueden contestar transitoriamente, al menos mandar una línea diciendo ” Estoy en plena investigación de otra rama familiar” o “Inconvenientes personales me tienen abocado a otros temas”. “Me pondré en contacto con usted en unos meses” .
Fuente: AGJA