El 15 de diciembre de 1647, la Inquisición portuguesa asesina en la hoguera a Isaac de Castro por el crimen de “enseñar judaísmo a los conversos”
Isaac de Castro fue asesinado en esta fecha en un auto de fe de la Inquisición por el delito de enseñar judaísmo a los “conversos”.
De Castro había llegado a Bahía (entonces bajo control portugués) desde Amsterdam a través del Brasil holandés. Después de ser “reconocido como judío”, fue arrestado por la Inquisición y enviado a Lisboa.
El día de su muerte fue llevado junto con cinco compañeros de sufrimiento a la hoguera. Rodeado por las llamas, gritó con todas sus fuerzas: “¡Shemá Israel! [¡Escucha, Israel!] ¡El Señor nuestro Dios es Uno!”.
Murió luego de pronunciar la palabra “Ejad” (Uno).