El 6 de abril de 1790, nace Rachel (Morpurgo) Luzzatto, la “reina de las poetisas hebreas”
Rachele Luzzatto nació en Trieste y fue educada en su casa, tanto en los clásicos hebreos y como en materias generales, junto a su hermano David y su primo menor, Samuel David Luzzatto, quien se convirtió en una figura prominente en el pensamiento judío moderno y la literatura hebrea, conocido como “el Shadal”. .
Shadal atribuyó a Rachele un papel importante en su formación, pues le inculcó el por el aprendizaje judío en general y la poesía hebrea en particular.
En 1819, cuando tenía 29 años, Rachel se casó con Jacob Morpurgo, un empresario de Gorizia, a pesar de las objeciones de su familia.
Dedicada a servir a su esposo, quien desaprobaba sus estudios y esfuerzos literarios, y eventualmente madre de tres hijos y una hija, Morpurgo solo podía escribir a altas horas de la noche y en Rosh Jodesh ( el primer día del mes hebreo), que se celebraba como un cuasi feriado para las mujeres.
En un poema, Morpurgo observa y explora la tensión entre sus responsabilidades en la casa y su escritura creativa.
En 1847, Shadal publicó el intercambio poético con su prima de 30 años antes en “Kojavei Itzjak”, una revista dedicada a la literatura hebrea moderna y al Iluminsmo judío.. Incluso su esposo estuvo orgulloso del reconocimiento que recibía ahora por su talento, pero algunos lectores se negaron a aceptar que esos poemas hebreos hubieran sido escritos por una mujer.
Otros la elogiaron por haber podido ir más allá de las “actividades ordinarias de las mujeres” y la llamaron “Reina de los Versificadores Hebreos”.
Sus cartas y poemas, tanto en hebreo como en arameo, invocan tanto a las matriarcas como a los patriarcas, la esperanza de un regreso a los sacrificios del templo en Jerusalén, una rara descripción hebrea de una relación entre mujeres, y la carga que representa criar a los hijos.
También expresa sus inquietudes en tanto mujer que se atreve a ingresar en el ámbito literario de los hombres.
A la edad de 65 años, y con tal de que la llevaran con ellos, se ofreció a trabajar como sirvienta para Moisés Montefiore y su esposa, Judith, de paso por Italia camino a Palestina.
Morpurgo firmaba regularmente como “El Gusano” o “Rimah”, las iniciales de “Rajel Morpugo Ha-Ketaná” (en hebreo, “Pequeña Rachel Morpurgo”), expresiones de modestia empleadas a menudo por rabinos prominentes.
En un poema se refiere a sí misma como “perro muerto” (1 Samuel 24:14 y 2 Samuel 9: 8) y en sus cartas se puede ver que a menudo perdía la fe en sus habilidades literarias.
Sin embargo, continuó escribiendo durante toda su vida; su último poema fue escrito unos días antes de su muerte a la edad de ochenta y un años y quedó inconcluso.
Imbuida desde la infancia con el conocimiento de las fuentes judías y la literatura hebrea,
Rachele Morpurgo dejó un legado de poesía único, aunque en el renacimiento moderno del hebreo a menudo fue menospreciada como una mera “medievalista”.
Su poesía, que fue traducida a varios idiomas europeos, se incluyó en algunas antologías de poesía hebrea moderna y se recuerda en algunas de las historias de la literatura hebrea moderna.