El 18 de abril de 1389:, culmina el pogrom de Praga, que comenzó cuando niós judíos salpicaron con arena a un sacerdote que pasaba. El saldo: miles de muertos y la destrucción total de la comunidad judía de la ciudad
El día anterior, un sacerdote de Praga, salpicado con unos granos de arena por unos niños judíos que jugaban en la calle, denunció que la comunidad judía había conspirado deliberadamente contra él y contra los símbolos sagrados que llevaba en plena Pascua.
El Pogrom de Praga, como se le ha llamado, provocó la muerte de al menos unos 900 judíos, aunque algunas de las crónicas históricas que describen los acontecimientos dan cifras mucho mayores.
Además de los centenares o miles de judíos masacrados, la sinagoga y el cementerio fueron destruidos, y los hogares saqueados.
El rey Wenceslao insistió en que los judíos tenían la responsabilidad por aventurarse fuera de sus casas durante la Semana Santa.