No solo de “tujes” vive el idish. Estas siete palabras de la obra de Bashevis Singer son imprescindibles en cualquier idioma
Blondzen: vagar mientras se está perdido; errar no sin rumbo, sino por error.
El idish adora estas palabras que expresan confusión y desorientación (como blonken; o plontern más adelante), algo nada sorprendente si pensamos en la vida cotidiana y la historia de los judíos de Europa oriental.
Algunos lingüistas piensan que la expresión en inglés ‘Get lost!’ (algo así como ‘¡Piérdete!’), que apareció por primera vez en la década de 1940 podría provenir de frases en idish como “Ver farblondzet!” (o “Ver farvalgert!”) que se usan en prácticamente las mismas y poco amables situaciones.
Busheven: enfurecerse, rabiar, asaltar, correr desenfrenado
La raíz de la palabra, eslava, evoca una sensación de estar perdido en algo denso, especialmente en la vegetación. Algo así como retozar salvajemente en esos campos de maíz de las películas.
Drimlen / dremlen [zij]: quedarse dormido por un rato, tomar una siesta (potencialmente llena de sueños).
Dzhamdzhen: hablar incomprensiblemente, mascullar, balbucear o murmurar incesantemente, especialmente mientras se come.
También tiene el sentido de “quejarse o farfullar por algo”, semejante a otra palabra idish que se transformó en un verbo en inglés, “kvetch”.
Pimpik: algo pequeño, sin importancia, pero quizás tierno.
Sería algo así como el equivalente de “mocoso/a”, y se relaciona con la palabra “pipkl”, ombligo (provendría del polaco “pępek”, que tiene ese significado).
Plontern (zij): confundirse, enredarse en algo;
Al idish le gusta mucho esta palabra y la usa en muchas variantes, como farplontern o araynplontern, lo que también puede significar implicar a alguien en algún asunto poco claro.
El sustantivo es plonternish: utilícelo para cualquier tipo de situación complicada.
Plutsem: de repente, abruptamente, todo a la vez.
Esta palabra comienza como la palabra alemana plötzlich (súbito, imprevisto) pero termina, de hecho de repente, con el -em, quizás tomado de la palabra polaca raptem, que también significa ‘de repente, abruptamente’. Los lingüistas llaman a este tipo de palabras “contaminaciones”.