Arqueólogos israelíes encontraron un esqueleto de cerdo de hace 2700 años en la Ciudad de David de Jerusalén. ¿Estaba allí para ser comido…?
El esqueleto completo de un cerdo ha sido encontrado en un edificio que data de hace unos 2.700 años en la Ciudad de David en Jerusalén, a solo unas pocas docenas de metros del Monte del Templo, según un nuevo artículo publicado en el último número de la revista académica Near Eastern Archaeology.
Y a pesar de la prohibición contra el consumo de carne de cerdo dictada por las leyes judías, lo más probable es que haya estado allí para ser comido, según los autores del estudio.
Mientras excavaban en las laderas orientales de la Ciudad de David, descubrieron una edificación que data de la segunda mitad de la Edad del Hierro, también conocido como el período del Primer Templo.
Una de las primeras cosas que encontraron fue una habitación donde había varias vasijas rotas en el piso y el esqueleto de un pequeño animal encajado entre la pared y las vasijas.
Los arqueólogos descubrieron que la habitación que habían excavado se usaba claramente para procesar y preparar alimentos: se descubrieron restos de fuego, así como una gran cantidad de otros huesos de animales, en su mayoría ovejas y algo de ganado bovino.
Esos huesos presentaban claros rastros de cocción. El cerdo, por otro lado, parecía estar todavía vivo cuando el edificio se derrumbó y lo atrapó, tal vez como consecuencia de un terremoto.
En el Cercano Oriente, los cerdos no se tenían como mascotas y, teniendo en cuenta donde lo encontraron, no hay razón para creer que estuviera allí para otro propósito que no sea para el consumo.
Además, no hay razón para creer que las personas que vivían en la casa no fueran judíos.
Este hallazgo no representa la primera vez que se localizaron restos de cerdos en Jerusalén: alrededor de 2% de los restos de animales encontrados en las excavaciones en la ciudad eran cerdos, lo que sugiere que si bien comerlos no era muy común, algunas personas lo hacían, a pesar de la prohibición bíblica.
El conjunto de esos hallazgos indica, en suma, que aunque la carne de cerdo no se consumía en gran medida en Judea y Jerusalén, el cumplimiento de las leyes de kashrut en la época del Primer Templo no era muy estricto ni generalizado en toda la población.