En la antesala del sector donde tenía su empresa Otto Frank, se exhiben fotografías de su hija Ana, que datan de 1942
“Algún día esta horrible guerra habrá terminado, algún día y volveremos a ser personas y no solamente judios. Nunca podemos ser solo holandeses o sólo ingleses o pertenecer a cualquier otra nación; aparte de nuestra nacionalidad, siempre seguiremos siendo judios, pero también queremos seguir siéndolo“.
Ana Frank, 9 de abril de 1944.
“De día tenemos que caminar siempre sin hacer ruido y hablar en voz baja, para que no nos oigan en el almacén“.
Ana Frank, 11 de julio de 1942
Otto Frank era titular de dos empresas: una de ellas vendía el gelatinizante para mermeladas Opekta; la otra, llamada inicialmente “Pectacon” y luego “Gies & Co”, producía condimentos para carnes.
Las especias necesarias para ello se molían en un sector de este almacén. Los mozos del almacén no sabían que en la casa de atrás había personas escondidas.
“Después de mayo de 1940, los buenos tiempos quedaron definitivamente atrás: primero la guerra, luego la capitulación, la invasión alemana, y así comenzaron las desgracias para nosotros los judíos.
Las medidas antijudías se sucedieron rápidamente y se nos privó de muchas libertades.
Los judíos deben llevar una estrella de David; deben entregar sus bicicietas; no les está permifido viajar en tranvía; los judíos no pueden entrar en casas de cristianos; tienen que ir a colegios judíos y ofras cosas por el estilo. Que si esto no lo podíamos hacer, que si lo otro tampoco”.
Ana Frank, 23 de junio de 1941.
La vitrina contiene varios elementos demostrativos de las persecuciones cada vez más intensas de las que fueron objeto por aquellos días los judíos en Holanda.
“Tenemos mucho miedo de que los vecinos puedan vernos u oírnos“.
Ana Frank, 11 de julio de 1942
Despacho de Victor Kugler
“Nuestros protectores, que nos han ayudado hasta ahora a sobrellevar nuestra situación. Jamás les hemos oído hacer alusión a la carga que seguramente representamos para ellos“.
Ana Frank, 28 de enero de 1944
El personal administrativo ayudaba a los escondidos procurándoles víveres, libros y periódicos. En una vitrina se exhiben e| documento de identidad de Victor Kugler y un ejemplar de |a revista de cinematografía que solía traerle a Ana.
A efectos oficiales, Kugler era el director de “Gies &Co”: debido a que desde principios de 1941 ya no |es está permitido a los judios poseer empresas, Otto Frank transfiere
la titularidad de las suyas a Victor Kugler, Jo Kleiman yJan Gies (el marido de Miep).
Sin embargo, en la práctica seguirá siendo él su director, reuniéndose a diario con Kugler y Kleiman incluso desde su refugio.
Ana y Margot ayudaban a menudo en secreto a realizar tareas administrativas.
“El jueves por la noche estuve abajo con papá e hice las listas de deudores en e! despacho de Kugler. Estar allí me dio bastante miedo, y cuando acabé la tarea sentí un gran alivio“.
Ana Frank, 17 de noviembre de 1942.
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