Después de analizar los datos de 3000 mujeres, los investigadores encontraron que las vacunas no son peligrosas para las mujeres embarazadas, y que las que contraen COVID tienen mayor riesgo de parto prematuro.
Un análisis de los datos sanitarios de 3000 mujeres de Jerusalén descubrió que las vacunas contra el coronavirus no son un riesgo para el embarazo, y sí que contraer COVID-19 puede aumentar hacer que las embarazadas sean un poco más vulnerables al parto prematuro.
Las autoridades sanitarias israelíes recomiendan las vacunas para todas las personas mayores de 12 años, incluidas las mujeres que están embarazadas, amamantando o intentando quedar embarazadas, pero muchas de esas mujeres tienen dudas.
Los médicos del Centro Médico Shaare Zedek de Jerusalén analizaron los datos de 3000 mujeres que se habían atendido allí y no encontraron correlación entre la vacunación y las complicaciones relacionadas con el embarazo. Incluso encontraron indicios de que los bebés de madres vacunadas podrían tener menores probabilidades de desarrollar complicaciones.
Lo que sí se vio en el estudio es un riesgo ligeramente aumentado de comenzar el trabajo de parto en forma prematura en las mujeres con COVID, incluso después de haberse recuperado.
Mientras que 2,8% de las mujeres sin Covid -vacunadas y no vacunadas- tuvo un parto prematuro, la cifra subió al 3.4% en las mujeres que contrajeron el virus y se recuperaron.
Eso refleja principalmente infecciones cercanas a la fecha del parto, que parecen poner a las madres en riesgo de parto prematuro.
El terminó en abril, pero los datos que se han seguido recopilando a posteriori corrobora los hallazgos anteriores.
El estudio no ha sido publicado ni revisado por pares. Sin embargo, otros estudios sí publicados, como uno en más de 17000 mujeres publicado en el Journal of the American Medical Association también han encontrado que las vacunas son seguras para las mujeres embarazadas.
Estas investigaciones no solo no encontraron consecuencias negativas derivadas de la vacuna contra el COVID, sino que incluso sugieren que podría tener consecuencias positivas, todavía sin explicación.
Entre las posibles consecuencias positivas se encuentran:
La necesidad de cuidados intensivos fue marginalmente más común entre los bebés de mujeres no vacunadas (4.5%) en comparación con los bebés con madres vacunadas (4,1%). La tasa fue de 5,2% entre los bebés cuyas madres contrajeron COVID-19 y se recuperaron.
El 0,8% de todos los bebés nacidos de madres vacunadas necesitó de apoyo respiratorio, en comparación con el 1,5% de los bebés de las no vacunadas y el 1,1% de aquellos cuyas madres se recuperaron del coronavirus.
En suma: el coronavirus tiene el potencial de impactar negativamente tanto a la madre como al bebé, mientras que la vacuna mejora la salud de las mujeres embarazadas y les permite continuar con su vida sin necesidad de estar aisladas de la población general.