La vida judía gira desde hace milenios alrededor del shabat (el “sábado”). ¿Sabes por qué…?
“Acuérdate del Shabat para santificarlo“
Éxodo: 20:8
“Guardarás el shabat para santificarlo“
Deuteronomio 5:12
El shabat es desde hace milenios central en la vida judía, expresamente diferente a cualquier otro día.
Fundamental a nivel comunitario, lo es también a nivel individual, pues permite poner distancia con el frenesí del mundo que nos rodea durante toda la semana, y concentrarse en concentrarse en las necesidades espirituales y del alma.
Para empezar, tiene veinticinco horas de duración. Empieza el viernes dieciocho minutos antes del anochecer, y termina el sábado después de que haya salido la primera estrella.
El hecho de que el comienzo del shabat cambie cada semana acompañando las variaciones en la hora de la puesta del sol, nos obliga a admitir que no tenemos el control del mundo que nos rodea.
De alguna manera, abandonamos toda ilusión de control y dejamos que sea Dios quien nos guíe en el camino hacia la santidad.
El ritual del shabat comienza con el encendido de las velas y una breve bendición que marca el momento como sagrado y especial.
Luego sigue la oración del vino, o kidush (también se puede usar jugo de uva) para santificar el día, la bendición de los hijos y el cónyuge, una comida festiva con canciones, y el Birkat Hamazon, una oración de acción de gracias después de las comidas.
Los elementos básicos se repiten, en forma modificada, en el almuerzo del sábado y en una tercera comida (conocida en hebreo como “seudat shlishit” y como “shaleshudes” en idish) que tiene lugar en la tarde o temprano en la noche del mismo día, dependiendo de la estación del año, y del desarrollo del estudio y de los servicios religiosos.
El shabat concluye con un ritual especial llamado “Havdalá”.
Uno de los objetivos de observar el sábado es limitar la intrusión del mundo exterior -sobre todo el de las obligaciones de todo tipo, y hoy en día también de las redes sociales- para que podamos centrarnos en el aspecto mucho más importante de nuestra vida interior y de la renovación espiritual.
Los sabios judíos establecieron como guía una serie de labores prohibidas en shabat, usando como referencias las diversas tareas que fueron necesarias para construir el antiguo Tabernáculo que contenía las Tablas de la Ley.
De esta manera, pasaron de la idea de la construcción de un espacio sagrado a la de la creación de un tiempo sagrado.
Siguiente: ¿Cómo se observa el shabat?