El 31 de enero de 1253, Henry III de Inglaterra orden a que los servicios en las sinagogas se hagan en silencio, para que los cristianos que pasan no los escuchen
En esta fecha de 1253, Enrique III de Inglaterra ordena que el culto judío en las sinagogas se lleve llevara a cabo en silencio para que los cristianos no tuvieran que escucharlo al pasar.
Además, los judíos no debían emplear enfermeras o sirvientas cristianas, ni se le permitía a ningún judío impedir que otro judío se convierta al cristianismo.