De origen bíblico, los kabalistas la han entronizado como el signo de que todos podemos tener una segunda oportunidad en la vida…
¿Habías oído hablar de “Pésaj Sheni” (segundo Pesaj)?
Su origen está en el libro de Números 9:6-7, en el que Dios le dice a Moisés que todo aquel que se encuentra imposibilitado de sacrificar al cordero pascual el 14 de Nisán (en Pesaj) por dificultades de cualquier tipo, debe realizarlo el sacrificio el día 14 de Iyar (un mes después), y comer el cordero pascual acompañado con matzá (pan sin levadura) y con maror (hierbas amargas).
Luego de la destrucción del Templo de Jerusalem, Pesaj Sheni se conmemora comiendo matzá, aunque algunos grupos jasídicos realizan una especie de seder que incluye las cuatro copas de vino, matzá y maror.
El significado de Pesaj Sheni
En los círculos kabalísticos y jasídicos, este día representa la “segunda oportunidad” lograda por la teshuvá, el poder del arrepentimiento y el “retorno”: Dios respondió al pedido de los judíos que con sinceridad le rogaron por una segunda oportunidad.
La lección: nunca es demasiado tarde, y nadie es un caso perdido (en palabras del rabino Yosef Yitzchak de Lubavitch)..
La idea que tiene la Torá de la teshuvá no es solo la de deshacer o corregir un error pasado: más bien se trata de transformar el pasado.
Significa retroceder para cambiar el significado y las consecuencias de lo que sucedió, de modo que el resultado final sea mejor de lo que habría sido si no hubiera ocurrido.
Nadie está demasiado perdido o demasiado extraviado como para no poder enmendar su vida.
Cuando nos desviamos o nos equivocamos, si reconocemos lo lejos que llegamos y si estamos sacudidos en lo más profundo de nuestro ser, podremos recuperarnos.
Pero lo más llamativo de Pesaj Sheni es que esta posibilidad de recuperación no sigue la fórmula habitual del “paso a paso”: en un solo instante, o en este caso, en un solo día -en lugar del proceso de siete días de Pesaj- podemos redefinir nuestro pasado y moldear nuestro futuro.
Pero para que esto suceda, tiene que venir de lo más profundo. Se trata del grito interior: la determinación que tenemos de lograr que el cambio sea una realidad en nuestras vidas.
Y es por eso que Pesaj Sheni sucedió por la propia iniciativa de los judíos que pidieron a Dios una segunda oportunidad para no “quedarse afuera”.
Esta es también la razón por la que se celebra en el mes de Iyar, cuyo leit motiv es el esfuerzo individual, como se ejemplifica a través de la cuenta del Omer y el trabajo de auto-refinamiento que conlleva.