El 11 de agosto de 1772, la reina de Rusia, Catalina la Grande, ordena que se respeten los derechos de todos los judíos bajo jurisdicción rusa luego de la partición de Polonia
Después de la partición de Polonia, Catalina II “la Grande”, emitió una orden que decía que las: “comunidades judías que residen en los pueblos, ciudades y territorios ahora incorporados al Imperio Ruso seguirán gozando de todas aquellas libertades con respecto a su religión y bienes que actualmente poseen”.