El 15 de septiembre de 1084, el obispo de Speyer invita a los judíos a establecerse en la localidad, para “transformar a la aldea en una ciudad”
Rüdiger Huzmann, el obispo de Speyer, firmó y selló en esta fecha un documento explicando por qué había invitado a los judíos a establecerse en su ciudad y bajo qué términos y condiciones.
Entre otras cosas, afirmó que “creía que multiplicaría mil veces la imagen de Speyer al invitar a los judíos… y convertiría al pueblo de Speyer en una ciudad“.