Los huevos ocupan un rol de importancia en las Pascuas judía y cristiana. ¿Hay algún “parentesco” entre ambas costumbres?
Los primeros registros de la costumbre de dar huevos como regalos en Pascua y de la tradición de comer huevos en Pesaj (la Pascua judía) provienen en ambos casos de la Alemania medieval. Este hecho podría ser simple casualidad, pero también rastro de un origen común. Veamos… Cada Pesaj, los judíos ponen un huevo duro en la keará (el plato ceremonial de la Pascua), y los celebrantes comen huevos duros sumergidos en agua salada como parte de la ceremonia. La costumbre cristiana relacionada con el huevo es diferente: antes de la Pascua, se extraen la yema y la clara y se decoran las cáscaras vacías. Pese a estas diferencias, ¿podrían estas costumbres relacionadas con los huevos tener una fuente común?
Es una pregunta difícil de responder, ya que no estamos seguros del origen de ninguna de las dos costumbres. Un buen lugar para comenzar, entonces, serían las referencias más antiguas conocidas.
¿Recuerdo de la destrucción del Templo de Jerusalem o unidad de medida?
Se cree que la referencia más temprana sobre la costumbre de en el seder se encuentra en un comentario del rabino Moses Isserles (1520-1572) al código de la ley judía llamado “Shulján Aruj”: “En algunos lugares es costumbre comer huevos como parte de la comida“. Isserles no sabía cómo surgió la costumbre, pero propuso dos teorías: O bien los huevos simbolizan el duelo por la destrucción del Templo en Jerusalén, o bien es una representación simbólica del sacrificio pascual, que se interrumpió con la destrucción del Templo por parte de los romanos en el año 70 EC. El hecho de que Isserles discutiera la costumbre de comer huevos en Pesaj indica que la misma ya existía en el centro de Europa en el siglo XVI, y probablemente se extendiera desde allí. Sin embargo, el huevo existió en la mesa de la Pascua siglos antes de Isserles. Simplemente sirvió un propósito diferente. Un tema de intenso debate rabínico fue la cantidad de matzá y hierbas amargas que se deben comer como parte del ritual del seder (la cena pascual). La respuesta estándar es “kaza’it”, el equivalente a una aceituna. Esta parece ser una respuesta bastante precisa y definitiva, pero por alguna razón, los rabinos no se quedaron con la aceituna y debatieron este asunto durante siglos. Se propusieron múltiples soluciones a lo largo de los signos, pero finalmente se logró algo así como un consenso: usar el volumen de un huevo como medida estándar. Maimonides (1135-1204) dijo que la cantidad de matza y hierbas amargas obligatorias era de poco más de un tercio de un huevo. El rabino Shlomo ben Aderet (1235-1210) dijo que la cantidad debería ser un cuarto del volumen de un huevo. El rabino Joseph Karo (1488-1575) abogó por medio huevo. Tal vez, originalmente, los huevos en la mesa del seder de Pesaj servían como medida de referencia, y más tarde se les comenzó a adjudicar un significado simbólico. Ahora veamos cuando se menciona por primera vez el huevo de Pascua La referencia escrita más temprana a la entrega de huevos de Pascua parece estar en alemán (ostereyer) y fue escrita en 1407. Se cree que esta costumbre llegó a Alemania desde los pueblos eslavos de Europa del Este, aunque no existe evidencia escrita, pictórica o de otro tipo sobre la existencia de esta costumbre entre los eslavos. Aún así, un origen eslavo parece bastante probable porque la costumbre de colorear huevos en Semana Santa es muy frecuente en las tierras eslavas, lo que parece indicar que es una tradición consagrada, no un préstamo reciente de Alemania. Por otro lado, también es común entre los miembros de la Iglesia Ortodoxa Siriaca, la Iglesia maronita siríaca y la Iglesia Apostólica Armenia, que cortaron los lazos con la Iglesia Ortodoxa Oriental en los siglos quinto y sexto. Lo que implica que la costumbre existía antes.
Y si la evidencia lleva a las más antiguas iglesias ortodoxas del Cercano Oriente, es probable que la costumbre se haya originado en la Mesopotamia, en donde existía tradición de decorar huevos y colocarlos en la mesa festiva del Nowruz, la celebración del año nuevo zoroastriano que tiene lugar en la primavera, alrededor de la fecha de la Pascua.
Hay otra teoría, menos probable, sugerida por Jacob Grimm en su “Deutsche Mythologie”. Según él, los huevos eran parte de la celebración de primavera en honor la diosa Ēostre, que le dio a la Pascua su nombre en inglés (Easter). La tradición se habría difundido cuando las tribus germánicas se convirtieron al cristianismo. Otra teoría, más utilitaria, se basa en la tradición de abstenerse de comer huevos durante la Cuaresma, los 40 días anteriores a la Pascua. Como las gallinas seguían poniendo huevos, la gente puede haber pensado que decorarlos era mejor idea que desecharlos… Entonces: ¿hay algún parentesco entre los huevos de Pascua y de Pesaj? Probablemente no, porque son tradiciones que nacieron y se desarrollaron en forma independiente una de otra. Aunque sí existe la posibilidad de un parentesco de ambas con el Nowruz zoroástrico, pero es imposible afirmarlo: los orígenes de las costumbres religiosas a menudo son oscuros, atravesados por milenios de historia y difíciles de descubrir con exactitud. Pero en última instancia, no es eso lo más importante, sino celebrar juntos, ¿no te parece…?