La compañía israelí Pangea desarrolló una tarjeta biométrica inteligente que informa el “status vírico” de una persona que quiere ingresar a un país cualquiera…
Pangea, fabricante de tarjetas de identificación digital inteligentes y software de control de fronteras, espera usar esa experiencia para ayudar a los aeropuertos a reabrir durante la pandemia de coronavirus y así impulsar los viajes y el turismo.
La tarjeta biométricainteligente puede ser utilizada por los gobiernos para verificar que sus portadores estén libres de virus o tengan inmunidad, lo que les permitirá reabrir sus fronteras a los turistas mientras se aseguran de que el virus no se propague .
Para allanar el camino para la reapertura de las fronteras, diferentes gobiernos están evaluando la emisión de un “pasaporte” COVID-19 y las pruebas médicas y procesos necesarios para que una persona sea elegible para el documento.
Es probable que esto incluya un hisopado y prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar la presencia del virus, a realizarse en un período de tiempo predeterminado antes del vuelo y / o una prueba serológica para detectar anticuerpos contra el virus.
El protocolo también calcula el nivel de riesgo asociado con la ciudad y la región donde reside el solicitante de la tarjeta, en correlación con la propagación del virus, y tenga en cuenta los diversos requisitos de aislamiento en el país de destino o en el de residencia una vez que vuelva a él.
La tarjeta inteligente de Pangea proporcionaría dicho “pasaporte de inmunidad”, permitiendo a sus titulares ingresar a terminales de aeropuerto y aviones.
La misma consta de una foto del titular, una firma digital, un chip y un holograma. Se puede vincular de forma segura a la base de datos médicos de cada país, e incluye datos cifrados actualizados del “perfil COVID-19” del titular.
El proceso de emisión de la tarjeta debería ser supervisado por el ministerio de salud de cada país, en cooperación con los proveedores locales de salud y los hospitales. Requeriría también de una estrecha cooperación de los ministerios de turismo, aeropuertos, líneas aéreas y compañías de seguros, así como una estricta coordinación entre los países involucrados.
El motor de búsqueda de Pangea revisará cada caso y determinará si el titular de la tarjeta cumple con los requisitos necesarios para ingresar, de acuerdo con los protocolos y criterios establecidos por cada una de las naciones.
Ese motor es dinámico y capaz de realizar actualizaciones en tiempo real a medida que los países revisan los protocolos necesarios para hacer frente a un entorno de salud cambiante.
Debido a que la tarjeta tiene un chip, no tendrá que estar necesariamente conectada a la base de datos de un país, lo que requeriría de muchas más aprobaciones regulatorias.
Toda la información médica relevante se cargaría cargarse en el chip, que podría actualizarse en tiempo real con los cambios en los protocolos o relacionados con el paciente.
El pasaporte biométrico podría ser tanto una tarjeta física como una aplicación telefónica o un código de barras.
Un “pasaporte de inmunidad” de este tipo permitiría la creación de “áreas estériles”, en las que no hay peligro de infección y en donde miles de personas se sentirían seguras para realizar cualquier actividad sin temor, algo clave para la apertura de los cielos y el movimiento masivo de millones de turistas y empresarios de un país a otro.