Bombearlas en las fuentes de agua naturales sin tratamiento previo podría provocar infecciones en animales y seres humanos, agregan…
Los expertos israelíes dicen que las plantas de aguas residuales de muchos países deben agregar un paso a su tratamiento, por temor a que el coronavirus pueda superar el proceso y ser introducido en los cursos naturales de agua.
Los investigadores, del Instituto Zuckerberg de Investigación del Agua de la Universidad Ben Gurion, descubrieron que copias del virus sobreviven al tratamiento convencional de aguas residuales, lo que genera la preocupación de que su liberación en arroyos y ríos podría infectar a los animales,
Solo el uno por ciento del ARN del coronavirus sobrevivió en las aguas residuales tratadas inspeccionadas por el equipo israelí, y los investigadores han estimado que el SARS-CoV-2 solo puede permanecer activo en aguas residuales no tratadas o tratadas de manera inadecuada durante unos días.
Sin embargo, la cantidad de virus y el corto tiempo de tratamiento en las plantas de aguas residuales, que “limpian” el agua contaminada en 12 horas, son suficientes para dar la alarma.
Es difícil predecir lo que eso implica, pero existe la preocupación de que pueda los animales infectados pueden contagiar de vuelta a los humanos, posiblemente después de una eventual mutación.
Pero bombear grandes cantidades del virus a la naturaleza sin ulterior tratamiento, podría obstaculizar los esfuerzos para eliminar el virus.
También existe la preocupación de que los humanos puedan infectarse directamente de las aguas residuales que contienen ARN viral.
El equipo israelí dice que un simple paso al final del tratamiento de aguas residuales convencional es suficiente para eliminar el ARN del coronavirus restante: la desinfección, que se realiza más comúnmente clorando el agua, pero que también se puede realizar a través de otros métodos, como la luz ultravioleta.
Si bien muchas plantas agregan este paso antes de bombear las aguas residuales dentro de ríos y arroyos, está lejos de ser universal, incluso en el mundo desarrollado. Londres, por ejemplo, no realiza este paso, y lo mismo ocurre en casi todo el Brasil.
Hay varios factores que desalientan la desinfección. Si bien es muy eficaz como medida de higiene, añade costes y necesidades de mano de obra a las plantas de tratamiento de aguas residuales.
También existen consideraciones medioambientales, lo que significa que en épocas normales no pandémicas, no es conveniente la práctica.
El método de cloración, que se considera el de mejor relación costo-beneficio, puede dañar los microorganismos y provocar la liberación de sustancias químicas nocivas en la naturaleza.
El equipo tomó muestras de plantas de aguas residuales israelíes para estudiarlas. Descubrieron que el tratamiento estándar, utilizado en gran parte del mundo desarrollado, eliminaba el 99% del ARN del coronavirus.
Los estudios disponibles sugieren que el 1% restante no tiene la capacidad de infectar células, pero los investigadores israelíes disienten: una sola gota puede tener 100,000 copias del virus, por lo que piensan hay motivo real para preocuparse.
Los investigadores encontraron que cuando se agregaba la cantidad adecuada de cloro, como es de rutina en Israel. se eliminaban todos los rastros del virus.
La investigación de la Universidad Ben Gurion se realizó porque los científicos de todo el mundo notan cada vez más que las aguas residuales son una especie de punto ciego en el conocimiento del coronavirus.
Un equipo de Durban, Sudáfrica, encontró, por ejemplo, que se puede aislar SARS-CoV-2 vivo de las heces de los pacientes, en un caso unos 15 días después de que desarrollaran COVID-19.
Si bien no hay pruebas de que el agua con ARN del coronavirus pueda infectar a personas o animales, tampoco se ha descartado y se debería por tanto tener precaución y realizar la desinfección en todas las plantas donde no sea rutina. Fuente:
Tracking SARS-CoV-2 RNA through the wastewater treatment process, Hala Abu Ali, Karin Yaniv, Edo
doi: https://doi.org/10.1101/