Un plan para conectar a los judíos con el océano y empoderarlos para ayudar a mantenerlo limpio está atrayendo cada vez mayor atención…
En Rosh Hashaná, los judíos arrojan pan al agua para limpiarse simbólicamente de sus faltas, ceremonia que recibe el nombre de “Tashlij” (“arrojar”).
El proyecto “Reverse Tashlich” pide a las comunidades judías que inviertan el proceso y remuevan los “pecados” humanos del agua mediante acciones para limpiar los mares.
El proyecto es parte de la iniciativa Tikun HaYam (“reparar el mar”) lanzada por el rabino Ed Rosenthal, también fundador de Scubi Jew, un club Hillel que enseña conservación marina a través de un enfoque judío, como parte de la misión de Tikun HaYam.
El nombre de la iniciativa está relacionado con el concepto judío de tikkun olam, la “reparación del mundo”.
El proyecto aplica un contexto moderno a una práctica antigua. Además, tiene como meta crear conciencia sobre una de las mayores amenazas existenciales para nuestro planeta, la destrucción constante del océano: cada año, contaminan el aguaaproximadamente 6 millones de toneladas de basura de origen humano.
El objetivo es establecer un día fijo al año -suspendido este año a causa de la pandemia- para que la comunidad judía se involucre con su ecosistema y ayude a generar un impacto positivo sobre el medio ambiente.
Según Rosenthal, muchas mitzvot (mandamientos religiosos) se aplican al medio ambiente, como la de “Bal Tashjit”, la prohibición del desperdicio y la destrucción innecesarios.
El concepto de “Torá del agua” se desarrolla en gran extensión en el sitio web de Tikkun HaYam, citando textos que describen “la profunda conexión judía con el mar y la profunda naturaleza espiritual del agua” y cómo la Torá llama a los judíos a cuidar el océano.
También organizan -cuando las condiciones lo permiten- una meditación bajo el agua (o en la superficie para quienes hacen snorkel) sobre el Shemá que conecta la unidad y unicidad de Dios, con la unidad del océano y la unicidad del agua.
Como la mayoría de la gente no está en contacto cotidiano con el mar, el acuciante problema de la contaminación de los océanos está fuera de su vista y de su mente.
Por ello, el objetivo del “tashlij invertido” es que la gente pueda ir a algún lugar cercano y ver que el tenedor de plástico que usaron el día anterior podría ser el que están recogiendo de la playa, o que la bolsa de plástico en la que le entregaron una compra cualquiera es la que ahora le devuelven las olas, y así poder conectarse con el problema y su solución.