Pogroms y estrés post-traumático (PTSD)

Pogroms y estrés post-traumático (PTSD)

Aunque un siglo atrás no existía el término, sí que existían los síntomas del sindrome de estres post-traumático, más conocido como ‘PTSD’

Una carta de lectores al diario Forverts de Nueva York, de 1913

Estimado señor editor:

Soy una mujer joven, casada hace ocho años con un hombre que vino de Rusia. Tenemos cuatro hijos muy buenos. Los padres de mi esposo fueron asesinados durante un “pogrom” y él mismo apenas escapó con vida. Más
tarde tuvo que salir de Rusia y llegó a América.

Desde que empezó el mundialmente conocido caso de Mendel Beilis en Rusia, mi marido no ha dejado de leer ni una palabra escrita al respecto.

Cada vez que termina de leer algo en los diarios sobre el juicio sanguinario, se pone tan irritado y nervioso que a veces demuestra signos de locura. Más de una vez tuve miedo de quedarme sola con él en la casa.

AI principio era aguantable, pero últimamente las noticias del juicio le han afectado tanto que se le ha metido en Ia cabeza que debe volver a Rusia para vengarse de los perseguidores de Beilis, y de aquellos que mataron a sus padres.

Ya había empacado, pero cuando empezó a despedirse de los niños, ellos lloraron tan amargamente que se quedó en casa. Sin embargo, sigue insistiendo en su viaje.

Hace algunos días fue a un abogado para transferirme a ml y a nuestros hijos los pocos dólares que tiene en el banco. Me dijo que lo hizo para que, en caso de que algo le sucediera en Rusia, pudiéramos disponer de dicha plata.

Por eso, querido editor, necesito su consejo. Es posible que su respuesta le tranquilice algo y le saque esas ideas de la cabeza. Le agradezco desde ya.

Mary

El diario contesta:

Miles de judíos llegan a América y las heridas de los pogroms siguen sangrando; nunca pueden ser curadas totalmente ¿Debe uno extrañarse de que /os nervios del esposo de Mary estén destruidos? Allá los asesinos mataron a sus padres y casi le matan a él también y el terrible juicio contra Beilis volvió a abrir las heridas viejas.

En Rusia abunda la gente, tanto judía como no judía que siente el mismo odio contra las “Centurias negras” que él.

Si existiera la posibilidad de vengarse de los culpables, no esperarían a que él volviera desde América. Con el tiempo recibirán su merecido. El debe tranquilizarse, pensar en su mujer y sus hijos, dejar de considerar la posibilidad
de abandonar/os, y ante todo someterse a un tratamiento psiquiátrico.