Un abordaje basado en la vuelta a las raíces, fe y la iluminación espiritual como caminos para recuperarse de las adicciones
La frase “la adicción no discrimina” se ha usado durante años como un recordatorio de que el abuso de drogas y alcohol puede afectar a cualquier persona. Gente de todos los orígenes espirituales y religiones pueden caer en la trampa de adicción. Hay muchos centros de rehabilitación basados en la fe, en todo el mundo. Y, sobre todo en los Estados Unidos, muchos programas de tratamiento están diseñados específicamente para personas de fe judía.
Estos programas ofrecen los mismos métodos de tratamiento que los programas tradicionales que han demostrado efectividad, pero también incorporan la reconexión con las raíces espirituales como parte importante de la recuperación. Recuperación a través de la iluminación espiritual
El tratamiento para los complejos problemas de adicción se basa en tratar de modificar el pensamiento y los patrones de comportamiento del adicto.
Los centros de rehabilitación judíos generalmente brindan asesoramiento rabínico para abordar los aspectos espirituales de la enfermedad.
Esto ayuda al paciente a romper el patrón adictivo y desarrollar un pensamiento y comportamiento espiritualmente orientados. Este enfoque parte de la hipótesis de que la adicción es el resultado de un vacío espiritual en la vida de una persona, por lo que se introduce en paralelo al tratamiento habitual un marco espiritual haciendo referencias a la Biblia y al Midrash.
Por ejemplo, el éxodo de Egipto se presenta como un modelo para escapar de la esclavitud de la adicción hacia una vida libre de abuso de sustancias. Egipto (en hebreo, Mitzram) significa literalmente “lugar de estrecheces”. Los hebreos vivieron allí en la esclavitud durante 400 años.
La palabra “adicción” proviene, por su parte, de la palabra latina “addictus”, que significa “entregarse, rendirse”. Alguien que sufre de una adicción es alguien que está esclavizado. Una persona en ese estado no tiene control sobre su vida y está reducida a la impotencia. La historia del éxodo de Egipto simboliza la historia personal de lliberación de ese lugar de estrecheces, en el que se han “rendido” ante ese lugar del Amo que ocupan las drogas. A pesar de las repetidas tentaciones y del impulso a retroceder, luchan hasta alcanzar la tierra prometida de espiritualidad y recuperación. ¿Qué es un programa judío de rehabilitación?
Los programas de rehabilitación judía tienen los mismos componentes de un programa de tratamiento tradicional, pero adaptados a los principios de la fe judía. Los programas combinan los principios de la Torá y la filosofía de los 12 pasos. Los tratamientos no ambulatorios generalmente requieren que los pacientes estén internados en una institución al menos durante un mes. Estos 30 días se dedican a trabajar con especialistas en desintoxicación, terapeutas especializados en adicciones y psiquiatras. Los pacientes asisten a sesiones de terapia individual y grupal dirigidas por terapeutas profesionales. La terapia de grupo ayuda a los adictos en recuperación a compartir sentimientos y experiencias. Ven que no están solos en su lucha contra el alcohol o la dependencia de drogas. La terapia también puede ayudar en temas como las relaciones de codependencia, la prevención de recaídas y el manejo de la ira. La mayoría de los centros judíos de rehabilitación incluyen, además, protocolos terapéuticos que utliizan herramientas espirituales basadas en el judaísmo. Estos incluyen: Una dieta saludable y ejercicio físico regular.Orientación espiritual para los pacientes y sus familias.Programa de 12 pasos basado en la ToráLa oración y la meditación utilizando las escrituras religiosas judíasTerapias complementarias tales como arte-terapia y equinoterapia Los beneficios de los programas judíos de rehabilitación – Enfoque basado en la fe: este tipo de rehabilitación atrae a judíos que sufren los mismos problemas y que no se sienten cómodos o tienen temor de recurrir a programas de rehabilitación por fuera de la comunidad.
Así, comienza a surgir un sentimiento de pertenencia y a formarse conexiones profundas entre los pacientes. Además, los programas brindan sesiones de asesoramiento basadas en filosofía religiosa y terapias que satisfacen las necesidades particulares de, por ejemplo, los adictos que son además judíos observantes. – Seguimiento: cuando un paciente completa con éxito un programa de tratamiento, se ha ganado una batalla pero no la guerra. La recuperación de la adicción es un proceso de por vida. Los ex adictos necesitan ayuda mientras se reintegran a su vida habitual. Un programa de “vida sobria” está disponible por aproximadamente medio año o más.
Las personas aprenden a vivir una vida libre de drogas o alcohol y de manejar mejor las situaciones estresantes que causaron el abuso de sustancias.
– Esponsoreo y trabajo en red: cuando los pacientes regresan a sus hogares, tienen la oportunidad de obtener ayuda de los patrocinadores y especialistas.
También pueden trabajar con adictos que están en el camino de la recuperación y compartir su propia experiencia con ellos. Esto crea al mismo tiempo la sensación de ser parte de pleno derecho de la comunidad judía, evita el aislamiento y la marginalización, y de la sensación de ser útil, lo que aumenta las posibilidades de mantenerse sobrio.