Para combatir el Alzheimer, científicos israelíes utilizan el sistema inmunológico para reparar el cerebro…
El tratamiento se basa en 22 años de investigación de la profesora Michal Schwartz y su equipo del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel.
Es desarrollado por la startup IBC, que obtuvo la licencia de la tecnología de Yeda, el brazo de comercialización del Instituto Weizmann, y sería la primer terapia que aprovecha el sistema inmunitario para ayudar a reparar el cerebro enfermo
La investigación sobre el Alzheimer se ha centrado hasta ahora en reducir la formación y acumulación de placas amiloides, células muertas, inflamación y otras toxinas en el cerebro, presentes en pacientes con la enfermedad.
Las placas de amiloide son acumulaciones duras e insolubles de proteínas beta amiloides que se agregan entre las células nerviosas o neuronas en el cerebro de los pacientes.
Schwartz y su equipo han adoptado un enfoque diferente. En lugar de centrarse en neutralizar los materiales tóxicos dentro del cerebro asociados con la enfermedad, se centraron en encontrar mecanismos para ayudar a reparar el cerebro.
Las investigaciones pioneras del equipo de Schwartz fueron publicadas en 1998 y 1999 en Nature Medicine y en 2006 en Nature Neuroscience, y sentaron las bases para un enfoque que nunca antes había sido probado o sugerido: que el cerebro necesita el sistema inmunológico para su mantenimiento.
Con la edad, la comunicación entre el cerebro y el sistema inmunológico se ve comprometida, lo que favorece o acelera el desarrollo de Alzheimer y otros tipos de demencia.
Durante décadas se creyó que el cerebro está completamente aislado del sistema inmunológico. Pero los estudios de Schwartz y otros posteriores cambiaron el panorama, indicando que el cerebro realmente necesita de la ayuda de las células inmunes para mantenerse saludable, y que el envejecimiento del cerebro y el Alzheimer están asociados con esta comunicación insuficiente entre el cerebro y el sistema inmunitario.
Si el sistema inmunológico envejece prematuramente, causa una pérdida en el rendimiento cognitivo. Su integridad es necesaria para sostener la plasticidad y reparación del cerebro.
Con esa base, los investigadores se propusieron demostrar que si se restablece la comunicación entre el sistema inmunológico y el cerebro, se podría modificar o cambiar el curso de la enfermedad de Alzheimer.
Para ello necesitaban encontrar una manera de estimular el sistema inmunológico de una manera controlada, para restaurar la comunicación y, por lo tanto, ayudar a movilizar la población de células inmunitarias relevantes desde la periferia hasta el cerebro.
La clave para lograrlo fue encontrar y utilizar un anticuerpo que liberara los “frenos” del sistema inmunológico para que pudiera comenzar a comunicarse una vez más con el cerebro.
Esos “frenos” dentro de las células del sistema inmunológico lo mantienen bajo control. Con el proceso de envejecimiento, tienden a controlar demasiado, suprimiendo por exceso y provocando un “agotamiento” del sistema inmunitario.
El anticuerpo desarrollado por IBC tiene la capacidad de neutralizar uno de los mecanismos que mantiene el sistema inmunológico bajo estricto control, La clave es “soltar” esos frenos solo un poco, a un nivel óptimo”, para evitar los efectos secundarios de la sobreactivación.
En el laboratorio, utilizando modelos animales con enfermedad de Alzheimer y demencia, el tratamiento con dicho anticuerpo mostró una mejora significativa de la cognición y una reducción del daño patológico.
El efecto se notó en todos los múltiples compuestos tóxicos acumulados en el cerebro, abarcando así tanto la naturaleza multifactorial de la enfermedad y la heterogeneidad entre los pacientes.
Ahora, IBC espera que los ensayos clínicos en humanos muestren los mismos resultados positivos. El tratamiento se administraría a los pacientes una vez cada tres meses mediante infusión, y los ensayos clínicos empezarían el año próximo.