En pocas palabras:
Investigadores de la Universidad de Tel Aviv encontraron un patrón genético típico de los pacientes que sobreviven mucho tiempo al cáncer de páncreas, y desarrollaron nanopartículas que hacen un “delivery” de sustancias supresoras del tumor directamente en el tejido canceroso.
En detalle:
El cáncer de páncreas es una enfermedad muy agresiva, pero alrededor de 7% de los pacientes sobreviven más de cinco años.
Basándose en este hecho, los investigadores descubrieron una correlación inversa entre un gen que promueve el desarrollo de cáncer y un supresor del cáncer.
Los niveles de miR-34a, un supresor tumoral, eran bajos en ratones con cáncer de páncreas y en células humanas, mientras que los niveles de PLK1, un oncogén que favorece el desarrollo de las células cancerosas, eran altos.
En cambio, los pacientes que superaron las expectativas (los llamados sobrevivientes a largo plazo) tenían una composición genética completamente opuesta: tenían niveles más altos del supresor tumoral y niveles más bajos del gen PLK1.
A partir de este hallazgo, surgió la idea de tratar de ‘reeducar’ a las células pancreáticas, para inhibir el gen “malo” PLK1 y ayudar a expresar (es decir: que “produzca” más supresor tumoral) el gen “bueno” miR-34a”, con el objetivo de retrasar el desarrollo de la enfermedad y prolongar la vida de los pacientes.
Para ello, idearon una nueva nanopartícula (una particula de tamaño microscópico) que transporta selectivamente material genético al tumor, sin efectos secundarios para los tejidos sanos circundantes.
Más que una partícula, se trata de un “nanouber” que lleva dos pasajeros: el gen “bueno” miR-34a, y un pequeño RNA “interferidor” (siRNA) que silencia el gen “malo”PLK1.
La nanopartícula inteligente sabe cómo encontrar el cáncer de páncreas y desembarcar a sus pasajeros para que silencien al “malo” PLK1 y ayuden a expresar el “bueno” miR-34a.
La novedad: Muchos protocolos de oncología son cócteles (mezcla de varios remedios), pero los medicamentos que lo componen generalmente no llegan al tumor al mismo tiempo.
Este método, en cambio, mantuvo a los ‘pasajeros’ – y al resto del cuerpo – seguros durante todo el recorrido, apuntando solo al tejido tumoral. Una vez “aparcado” en el lugar, una enzima presente en el cáncer de páncreas hizo que el “taxi” se biodegradara, permitiendo que la carga terapéutica se liberara en la dirección correcta: las células tumorales.
Referencias:
Hadas Gibori, Shay Eliyahu, Adva Krivitsky, Dikla Ben-Shushan, Yana Epshtein, Galia Tiram, Rachel Blau, Paula Ofek, Joo Sang Lee, Eytan Ruppin, Limor Landsman, Iris Barshack, Talia Golan, Emmanuelle Merquiol, Galia Blum & Ronit Satchi-Fainaro
“Amphiphilic nanocarrier-induced modulation of PLK1 and miR-34a leads to improved therapeutic response in pancreatic cancer”
Nature Communications 9, Article number: 16 (2018)
https://www.nature.com/articles/s41467-017-02283-9