Existe toda una serie de enfermedades genéticas que son más frecuentes -pero sin ser exclusivos- en la población judía, especialmente en la ashkenazí. Esto es lo que debes saber:
Estar al tanto de esta realidad es especialmente importante si recordamos que en su gran mayoría tienen un patrón recesivo, lo que significa que un niño solo puede tener la afección si ambos padres portan el gen defectuoso respectivo.
Por lo general, las personas que son portadoras de estas afecciones recesivas no presentan síntomas porque solo tienen una copia del gen que no funciona.
Es decir: todos somos potencialmente portadores de una anomalía genética, al igual que nuestras potenciales parejas:
Cada hijo de dos padres portadores tiene un 25% de posibilidades de heredar dos copias del gen que no funciona y de desarrollar efectivamente la enfermedad: la gran mayoría de los niños con estas enfermedades genéticas nacen de padres que no tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Esta situación hizo que sean cada vez más extendidos los tests genéticos para detectarlas, lo que suele conocerse a menudo con el nombre de “panel ashkenazí” (por la mayor prevalencia de ciertas alteraciones en la población de origen ashkenazí)
Te contamos a continuación todo lo que es importante que sepas sobre esas enfermedades genéticas (excluyendo a los distintos tipos de cáncer con un componente genético).
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