Si bien no dice nada sobre la relación entre letra y personalidad, este estudio israelí sí sugiere que tu letra se relaciona con tu estado de ánimo, con las mentiras, y hasta con el comienzo de un Parkinson…
Esta nueva investigación, realiza por investigadores de la Universidad de Haifa en Israel, examinó cómo pueden utilizarse para identificar el estado emocional de una persona los cambios en la escritura a mano, incluidas las formas de las letras, los espacios entre las palabras y la presión sobre el papel.
De confirmarse los resultados de este estudio, la capacidad de identificar las emociones de una persona de forma fácil, “objetiva” y no invasiva podría llevar a un gran avance en el diagnóstico y tratamiento de los problemas emocionales (aunque no necesariamente del origen de los mismos).
La base del estudio es la premisa de la teoría cognitiva según la cual, cuando el cerebro ejecuta varias acciones simultáneamente, las acciones secundarias, incluidas las automáticas, se ven afectadas.
El equipo de investigadores se basó en esta teoría para desarrollar un software que pueda medir meticulosamente cambios específicos en la escritura a mano.
Este sistema computarizado, llamado Herramienta de Evaluación de la Caligrafía Computarizada (ComPET), utiliza un tablero de escritura electrónica, conocido como digitalizador, para medir elementos de la escritura tales como el espacio entre letras.
Al utilizar el software, los investigadores han descubierto otras aplicaciones importantes para el mismo: por ejemplo si una persona miente, o si muestra signos tempranos de la enfermedad de Parkinson.
El nuevo estudio dividió al azar a 62 participantes en tres grupos. Luego, cada grupo vio películas diferentes que estaban destinadas a ponerlos en distintos estados de ánimo: positivos, negativos y neutrales.
Luego se pidió a cada participante que escribiera un párrafo en el sistema computarizado, incluidas todas las letras en el alfabeto hebreo.
Los resultados revelaron diferencias entre los tres grupos en varios parámetros relacionados con la escritura a mano. Los participantes en cada grupo tenían diferentes estados de ánimo y esto se podía ver en su escritura.
Por ejemplo, la altura de las letras escritas por personas con un estado de ánimo negativo fue significativamente menor que en el caso de personas con un estado de ánimo positivo o neutral.
Los investigadores también informaron que los participantes con un estado de ánimo negativo mostraron una escritura más rápida y un ancho de letra más estrecho. que aquellos en un estado de ánimo positivo o neutral.