¿Cuántas veces has dicho “estoy cansado/a de hacer ejercicio casi todos los días y no adelgazar”? Un estudio reciente de la universidad Ben Gurión de Israel indica que sí estás perdiendo grasa, aunque la balanza no se dé cuenta…
Lo que debes tener en cuenta es que buen salud no necesariamente es sinónimo de perder peso. De hecho, cuando hablamos de actividad física y ejercicio, la ciencia nos dice que las variaciones en el peso corporal pueden ser engañosas, porque los beneficios del ejercicio no son necesariamente visibles en la balanza.
¿La razón? La llamada “grasa visceral” (o grasa abdominal interna) que se sabe hoy en día que es la más peligrosa para la salud
Afortunadamente, esta grasa es muy sensible a la actividad física y al ejercicio de resistencia (por ejemplo, caminar a paso ligero, correr, andar en bicicleta, etc.).
Por lo tanto, las personas sedentarias que comienzan a hacer ejercicios pueden, después de unos meses, perder esta grasa visceral y hasta aumentar un poco su masa muscular. Lo que no necesariamente se traducirá en cambios significativos en la balanza, y de ahí la decepción de quienes hacen ejercicio con el único propósito de perder peso.
Los hallazgos del nuevo estudio
En el estudio -realizado en la Universidad de Ben-Gurion de Israel y publicado en la prestigiosa Circulation– 278 personas de hasta 50 años (media 48 años) y con una circunferencia de la cintura aumentada (obesidad abdominal) fueron divididos aleatoriamente en dos grupos, que recibieron dos tipos de dieta: una dieta pobre en grasa o la dieta mediterránea.
Después de seis meses, los dos grupos se dividieron a su vez en dos subgrupos: uno con ejercicio de resistencia moderado y el otro sin actividad física.
Después de 18 meses, los investigadores compararon la repercusión en cada grupo sobre los depósitos de grasa corporal interna (visceral, hígado, corazón y músculo), medidos con mucha precisión mediante resonancia magnética.
En los subgrupos de dieta sin ejercicio, no se encontraron grandes diferencias sobre la pérdida de peso.
El ejercicio de resistencia, por su parte, tuvo un impacto significativo sobre la pérdida de grasa visceral, independientemente de la dieta seguida.
Por otro lado, y aún más importante, la pérdida de peso no tuvo correlación con la reducción de los depósitos de grasa interna.
Además, las mejorías en los indicadores de salud tenidos en cuenta en este estudio estuvieron en relación directa con la pérdida de grasa visceral, pero no con la disminución de peso.
En términos generales, la dieta mediterránea combinada con el ejercicio regular fue la combinación ganadora para eliminar completamente esa peligrosa grasa visceral interna.
En resumen, comer bien es bueno, pero moverse es mejor para mantener o recuperar la salud cardiovascular. Y recuerda: ¡nunca es demasiado tarde para mejorar tu salud, aunque la balanza no te sonría!
Referencias:
Gepner Y, Shelef I, Schwarzfuchs D, and coll., Effect of distinct lifestyle interventions on mobilization of fat storage pools. Magnetic resonance imaging randomized controlled trial, Circulation 2018;137:1143-1157.
