Según un estudio realizado de la Universidad de Tel Aviv, las horas de trabajo extendidas aumentan las posibilidades a sufrir enfermedades del corazón y diabetes… ¡en los empleados mucho más que en los jefes!
Ya sabemos lo que estás pensando: ¿cuál es la novedad? Y quizás tengas razón, pero ahora al menos ya tienes un estudio científico para negociar con tu jefe. Y si te dice que él trabaja lo mismo o más que tú, aquí tienes también lo que responderle: En un estudio innovador en su campo, el equipo de la universidad de Tel Aviv, Israel, examinó la relación entre la carga de trabajo y la aparición del “síndrome metabólico” (relacionado con el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de diabetes), teniendo en cuenta la influencia de las características personales de los trabajadores y su estatus profesional.
El estudio se llevó a cabo durante 7 años, en 3000 empleados y gerentes sénior, quienes se sometieron a controles de salud completos cada dieciocho meses. Primer hallazgo del estudio: las horas de trabajo extendidas tienen un impacto directo en la salud.
Pero, sorprendentemente, aquellos que se quejan de tener demasiado trabajo resisten mejor a la enfermedad, mientras que los que trabajan en silencio durante horas sin quejarse y sin interrupciones probablemente paguen ese silencio con su salud.
Otro hallazgo importante es que los empleados tienen más probabilidades que los ejecutivos de tener síndrome metabólico cuando trabajan largas horas.
Este hallazgo también es contraintuitivo, ya que los ejecutivos tienden a trabajar más horas que sus empleados y tienen mayores responsabilidades.
Una teoría explicativa es que los gerentes con mayor estatus socioeconómico son más conscientes de la importancia de una alimentación saludable y tienden a hacer mucho más ejercicio que sus empleados.
¿Qué se puede hacer (además de cambiar de trabajo)?
Uno de los factores que exacerba el impacto de las largas horas de trabajo entre los empleados (pero no entre los ejecutivos) es el bajo sentido de autoeficacia: los trabajadores con baja autoestima y que trabajan horas prolongadas tendrán tendencia a deprimirse y a ver aumentar el riesgo de síndrome metabólico.
El hallazgo no es relevante para los ejecutivos, porque de todos modos su sentido de autoeficacia es alto. Del mismo modo, la falta de apoyo social por parte de los superiores es perjudicial para la salud de los empleados que trabajan largas horas.
Los jefes, por otro lado, no dependen del apoyo de sus empleados sino del de sus colegas, que son los únicos que pueden brindárselo.
El estudio encontró que los ejecutivos que perciben este apoyo de sus colegas como más débiles sufren más el síndrome metabólico Entonces, ¿qué hacer? Entre los ejecutivos, el ejercicio físico es muy útil, según el estudio, para reducir el impacto de las largas jornadas laborales sobre la salud: los ejecutivos que no realizan actividad física tienden a estar más enfermos.
Entre los empleados, sin embargo, no se encontró el mismo efecto beneficioso.