Si tienes problemas, si no estás desbordad@, ¡SúperMamele al rescate…!
Suena el teléfono en la casa de una joven madre judía…
– ¡Hola! ¿Hija?
– Si! Mama que suerte que llamas. Estoy como loca, me fallaron todas las estadísticas, los números, todo!
– ¿Por qué, meidele? ¿Qué pasa?
– Mira, tengo al mas chiquito en brazos llorando, tengo que salir corriendo y llevarlo al dentista. El diente que estaba por salir lo tiene mal. Ahora enseguida llega el más grande del kinder. Se me rompió el lavarropas. Se me quemo la comida y no pude salir de compras y para colmo de males ¡Tengo visita de unos amigos de Israel invitados a cenar esta noche! ¡Estoy desesperada, mamá, no se que hacer!
– Bueno hijita, tranquilízate. Ahora voy para allá. Corto y llamo al service del lavarropas. En el camino voy al super, compro fish, verduras y algún postre. Llego y me quedo con el nene así podes llevar al chiquito al odontólogo, preparo la cena y te ordeno la casa.
– ¡Ay, Mame!, sos una verdadera idishe mame, sos una fenómena.
– No es nada, querida, nosotras las madres de antes ya estamos acostumbradas. Pero me parece que lo primero que voy a hacer es llamar a David para decirle que salga antes de la oficina y vaya para casa a ayudarte también
– ¿David? ¿Y quién es David?
– ¿Como quien es David? ¡Tu marido!
– Mi marido se llama Saúl
– Perdón, ¿Hablo con el 552 1446?
– No, es otro número
– ¡Oy vei! Perdoname querida, no sos mi hija, me equivoque de número.
— ¡Cómo!, entonces… ¿no vas a venir?