Este es el secreto que tu analista jamás te contará…
Dos psicoanalistas salen del edificio donde tienen sus consultorios luego de una larga jornada de trabajo.
El más joven totalmente agotado, despeinado, la ropa arrugada y el rostro alterado. El de más edad, por el contrario, parece como si hubiera estado descansando.
Golkind – dice el más joven – No puedo entender como habiendo estado trabajando todo el día luces tan bien, ¡como si pudieras seguir atendiendo diez horas mas!.
No se como lo logras. Mis pacientes me agotan, vienen a traerme todos sus tzures, sus angustias, sus complejos. Debe ser igual con los tuyos.
¿No te cansa y deprime estar todo el día allí, escuchándolos?
¿Escuchándolos? – contesta Golkind – ¿Quién los escucha?