El 29 de junio de 1654, la Inquisición realiza un gigantesco auto-da-fe en Cuenca, España, y asesina en la hoguera 57 criptojudíos
En Cuenca, España, 57 judeoconversos fueron llevados a un auto-da-fe por la Inquisición. Diez fueron quemados vivos.
Uno de ellos, Baltasar López, dijo mientras lo llevaban a la hoguera “No creo en Cristo, aunque me ates”. Había llegado recientemente de Bayona para convencer a su sobrino de que volviera al judaísmo cuando fue capturado por la Inquisición.
Otro hombre, a punto de ser quemado vivo, arrojó lejos de él el crucifijo que le obligaban a sostener.
Un sacerdote se apresuró a recuperarlo y logró convencer al hombre para que lo volviera a tener en sus manos..
Cuando el verdugo comenzó a hacer su trabajo, el sacerdote le preguntó si estaba realmente arrepentido.
El moribundo lo miró y dijo: “Padre … ¿le parece que este es buen momento para chistes?“