El 11 de agosto de 1905, se promulga el “British Aliens Act”, que restringe la inmigración al Reino Unido de los judíos que escapaban de los pogroms en Europa del este
El British Aliens Act (“Ley británica de Extranjería”), que reflejaba el prejuicio antijudío imperante, se convierte en ley en esta fecha.
Las prohibiciones que contenía apuntaban sobre todo a los judíos que huían de las persecuciones antisemitas en Rumania y Rusia y que buscaban refugio seguro en Inglaterra.
Esta ley fue la principal muestra de que el sentimiento antijudío persistía en una sociedad inglesa que, por otro lado, comenzaba a aceptar cada vez más a su población judía.