El 25 de julio de 1644, la Inquisición asesina en la hoguera a Lope de Vera y Alarcón, cristiano viejo atraído por el judaísmo que se circuncidó a sí mismo en las mazmorras de la Inquisición
Lope de Vera y Alarcón (Judá el Creyente) se sintió atraído por el judaísmo por los ultrajes de la Inquisición.
Se convirtió y, durante su encarcelamiento, se circuncidó a si mismo con un hueso. Luego fue quemado vivo por negarse a ceder ante la Inquisición.