El 26 de Febrero de 2014, Sebastián de Romero Radigales, cónsul general de España en Atenas en 1943, es reconocido como “Justo entre las Naciones” por sus esfuerzos para salvar de los nazis a los judíos griegos
En este día, en 2014, Yad Vashem de Israel reconoce como “Justo entre las Naciones” a Sebastián de Romero Radigales (1884-1970), cónsul general de España en Atenas, Grecia en 1943, por sus esfuerzos para salvar a los judíos de Salónica de la muerte en Auschwitz. Las deportaciones comenzaron en marzo de 1943, y en cinco meses enviaron hacia la muerte a 48.000 judíos se habían ido, según Yad Vashem.
Por razones pragmáticas, sin embargo, los alemanes acordaron eximir de las deportaciones a los judíos con ciudadanía italiana o ciudadanía española, a condición de que volvieran a sus países.
Los judíos italianos se salvaron (provisoriamente) y pudieron volver a Italia pero los judíos españoles se enfrentaron a la renuencia del gobierno español a permitir su repatriación. Radigales, llegado a Atenas en abril, arregló de inmediato la repatriación de 510 judíos que tenían la ciudadanía española, a pesar de las en contrario de su gobierno de lo contrario.
“Radigales hizo todo lo que estuvo en su poder para ayudar a los judíos en Atenas“, dice Yad Vashem.
“También intervino ante las autoridades alemanas para que los judío sean liberados del campo de detención de Haidari; ayudó a los que pasaron a la clandestinidad, salvaguardó las pertenencias de los judíos arrestados para asegurar que sean devueltos a sus dueños o a sus legítimos herederos después de la guerra, acciones que fueron más allá de su deber como diplomático, y a menudo en contra de las políticas de su gobierno“.
Uno de sus grandes logros ocurrió cuando 367 judíos que ya habían llegado a Bergen-Belsen fueron deportados a Marruecos en lugar de ser internados, gracias a sus esfuerzos. Fue uno de ellos, Isaac Revah, quien le escribió a Yad Vashem en años posteriores para que Radigales sea honrado.
“Ser liberado de un campo nazi era un acontecimiento extraordinario. Todo sucedió gracias a un hombre extraordinariamente valiente y humano”
– Isaac Revah