En un bus, un padre jaredi sorprende mirando a una mujer a su hijo púber. Le pide que se ponga sus anteojos, así ninguno de los dos podrás verla bien.
Pregunta:
Esta interdicción “ontológica” de la mirada masculina, ¿no se corresponde con el futuro anhelado por algunas corrientes del feminismo?
El estudio de la Torá como actividad erótica
Pareja adolescente. El quiere dedicar su vida al estudio de la Torá, pero piensa en ella todo el tiempo, y las letras del Libro se desvanecen ante sus ojos y se entremezclan con la imagen de la mujer que ama.
Tironeado entre su amor por esa mujer y su amor por la Torá, a la que siente como una novia celosa que exige exclusividad, decide irse lejos para dedicarse de lleno al estudio.
¡Pavada de sublimación!, diría un psicoanalista freudiano, quizás no con mucha razón: más que desviación y cambio de objeto (el deseo por la mujer), parece tratarse más bien de una verdadera competencia entre dos objetos de deseo, la Torá y la mujer.
¿Los jaredim serían más lacanianos que freudianos…?
El viejazo y el sombrero como objeto fálico
Señor maduro entra en shock al caer en la cuenta de su edad. Acto seguido, se compra ropa que piensa lo harán parecer más joven y atractivo, e intenta conseguir una pareja mucho más joven que él.
Comúnmenmente se diría que “le agarró el viejazo”. Y es cierto, sin importar que el señor maduro sea un religioso ultraortodoxo, y que la ropa que elige sea el último y más caro modelo de traje y sombrero.
Sombrero que es el más caro no solo por su calidad, sino también por que es el más largo.
Lo que explicaría, quizás, porque los sombreros jaredíes no van bien calzados en la cabeza, sino en la coronilla, sobresaliendo de la cabeza por todo lo alto.
¡Lo que no sabemos es que están esperando los psicoanalistas para hacer un simposio sobre Shtisel!
La donación de órganos como acto de amor
No, no en sentido figurado ni genérico, de “amor a la humanidad”. En un capítulo de Shtisel, se trata de la posible donación de un riñón como una prueba del amor en una pareja.
Lo que nos trae algo a la mente: ¿sabías que los judíos ultraortodoxos son, por lejos, el grupo de donantes vivos que más órganos dona en el mundo (en términos relativos a su tamaño, obviamente)?
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