El 18 de agosto de 1956, fallece la poetisa y escritora Celia Dropkin, que revolucionó la literatura idish con sus imágenes eróticas y su manera de abordar la depresión y la maternidad
La poeta idish Celia Dropkin falleció a los 68 años en esta fecha de 1956. Nacida y educada en el imperio ruso, fue activa en los círculos literarios en idish de Nueva York como poeta y escritora de ficción, todo mientras criaba a cinco hijos. Sus Imágenes y temáticas explícitamente sexuales redefinieron las maneras de representar la relación entre los géneros en la poesía idish moderna. Con su lírica primorosamente construida, los poemas de Dropkin deshacen las convenciones poéticas implícitas en sus propias formas y, con ira y pasión, cuestionan los supuestos sociales sobre el amor.
Incluso sus poemas sobre la depresión, el amor maternal y la naturaleza están infundidos de energía erótica.
A pesar de haber logrado una excelente reputación como poeta, Dropkin solo publicó un libro de poemas en su vida, en In heysn vint (“En el cálido viento”), en 1935, y todo el resto de su producción poética fue publicada póstumamente por su familia.
Dropkin fue “destrozada” muchas veces por los críticos de su tiempo, que eran todos hombres. “Ella representaba todo lo “incorrecto”: escribía sobre el sexo y sobre los cuerpos, los cuerpos de las mujeres.
En un hombre, la pasión es algo noble, pero en una mujer es vergonzosa. Y Dropkin era mujer, y no tenía miedo” (Faith Jones en la revista Pakn Treger).
En sus últimos años, Dropkin se dedicó en forma consumada a las artes visuales.
“¿Qué reconstruyó mis extremidades para ser tan inquietantes
y chupa mi médula y chupa mi sangre
y horada a través de mis senos?
Por qué sueño tan a menudo con esta
cama, la cama de la Inquisición,
donde yazco tendida en un gran sufrimiento.
Lentamente, lentamente, creces y creces
en mí, oh, vida secreta“.
– Celia Dropkin