A partir de 1933, las actitudes de Agatha Christie comienzan a cambiar, a partir de un encuentro con…
En su autobiografía, publicada póstumamente en 1977, Agatha Christie describe sus experiencias acompañando a su esposo, el arqueólogo Max Mallowan, en sus diversas excavaciones en Medio Oriente.
Es en ese marco que conocieron, a principios de la década de 1930, al Dr. Julius Jordan, el director alemán de antigüedades en Bagdad.
Un día, Jordan invitó a la pareja, junto a otras personas, a tomar el té en su casa. Luego de entretener a sus invitado tocando obras de Beethoven en el piano:
“Pensé, mirándolo, qué hombre espléndido que era. Siempre había parecido gentil y considerado. Luego alguien mencionó, de manera bastante casual, a los judíos.
Su cara cambió; de una manera extraordinaria que nunca antes había notado en la cara de nadie.
Entonces dijo: ‘No lo entiende. Nuestros judíos son quizás diferentes a los suyos. Son un peligro Deberían ser exterminados. Nada más que eso realmente será una solución’.
Lo miré incrédula. Lo decía en serio. Era la primera vez que me encontraba con alguna pista de lo que vendría después en Alemania.
Quienes la habían visitado, supongo que ya se estaban dando cuenta en ese momento, pero para la gente común en 1932 y 1933, había una falta total de conocimiento”.
Y continúa:
“Ese día, mientras estábamos sentados en la sala de estar del Dr. Jordan y él tocaba el piano, vi a mi primer nazi, y luego descubrí que su esposa era una nazi aún más feroz que él“
Despues del encuentro con el nazi Jordan en 1933, que ocurrió despues de la publicacion de “La muerte de Lord Edgware”, se hacen mucho más raros los personajes judios,
Aunque de vez en cuando seguía apuntando contra los “extranjeros”, los judíos dejaron por lo general de figurar negativamente en el trabajo de Christie a partir de ese momento. Con alguna (muy) deshonrosa excepción que ya veremos.
Pero manos a la obra, continúa leyendo a Agatha Christie y hazte tu propia opinión. Atención a:
– Los Dortheimer (nuevamente), en The Case of the Distressed Lady, un cuento corto incluido en el libro Parker Pyne Investigates (1934), en español “Parker Pyne investiga”Resultados de la Web
– Oliver Manders, en Three Act Tragedy (1935), en español “Tragedia en tres actos”
– El peluquero M. Antoine, en Death in the Clouds (1936), en español “Muerte en las nubes”
– Isaac Morris, en And Then There Were None (1939), en español “Y no quedó ninguno”.
Y aquí debemos detenernos un poco: este libro también se conoce en español como “Diez negritos”, porque se publicó al principio con el título Ten Little Niggers, que se cambió porque resultaba demasiado racista aún para esa época.
El título hacía referencia a una canción infantil (sí: con esas palabras se le cantaba a los niños), que en los Estados Unidos (seguro ya te lo estás imaginando) fue cambiada a Ten Little Indians.
– Las alusiones al fiscal en Sad Cypress (1940), en español “Un triste ciprés”
– Rebecca Arnholt, en One Two Buckle My Shoe (1940), en español “La muerte visita al dentista”
Pero todo vuelve a fojas cero con Madame Alfrege, en The Hollow (1946), en español “Sangre en la piscina”:
Este personaje resultó tan insoportablemente antisemita, a solo un año del fin del Holocausto, y tantas las quejas, que los agentes literarios de Christie aseguraron que no aparecerían comentarios antisemitas en futuros libros, y autorizaron al editor estadounidense, Dodd Mead, a eliminar los que estaban presentes en los textos existentes.
De hecho, el personaje directamente no aparece en la adaptación teatral de The Hollow de 1952.
A partir de ahi, los judios dejaron de ser retratados desfavorablemente, aunque de tanto en tanto siguen apareciendo en forma negativa “los extranjeros” (en su momento sinónimo vergonzante de “los judios”), como en Hickory Dickory Dock (1955), en español “Asesinato en la calle Hickory”
La excepción (todo no puede ser perfecto): la descripción de la señora Greenholtz en They Came to Baghdad (1951), en español “Intriga en Bagdad”
¿Caso cerrado? Para nada.
Aquí encontrarás algunas que podrían ayudarte a dictar tu veredicto (¡alerta spoiler”: no leas lo que sigue antes de terminar tu investigación!):
Agatha Christie, el antisemitismo y los efectos de distracción
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