A pocos días de cumplirse 100 años de su fallecimiento, una semblanza de Marcel Proust “por el lado de la madre”
Con el tiempo, Proust se consagró como uno de los grandes autores del siglo XX, y es considerado internacionalmente como uno de los escritores más representativos de la literatura francesa, del modo que que Shakespeare, Cervantes, Dante, Faulkner y Goethe lo son en sus respectivas países.
Además, se lo identifica con la esencia de lo que es la “literatura”, y sobre él se han escrito más libros que sobre cualquier otro escritor francés.
“Marcel Proust, por el lado de la madre”, es el título de una exposición que se realizó recientemente en el Museo de Arte e Historia del Judaísmo de París.
Su madre, Jeanne Clémence Weil, pertenecía a una familia de la alta burguesía judía, algunos de cuyos miembros jugaron un papel importante en la historia del judaísmo francés, en particular su tío Godchaux Weil -alias Ben Lévi-, escritor célebre en la comunidad judía, y su tío abuelo y testigo de su casamiento Adolphe Crémieux, presidente de la Alliance Israélite Universelle y ex ministro.
Proveniente de un entorno muy culto, le dio a su hijo una cultura profunda y un cariño a veces invasivo.
Aunque Madame Proust se negó a convertirse al cristianismo cuando se casó -algo común en esos tiempos-, su hijo fue bautizado en la iglesia de Saint-Louis-d’Antin en París.
Marcel Proust reivindicó en algunos momentos su derecho a no definirse en relación con una religión, y escribió en otros que era católico, y su funeral tuvo lugar en una iglesia.
Sin embargo, en su correspondencia podemos leer que “no era creyente”.
Convencido defensor de Dreyfus, se mostró sensible al antisemitismo predominante en su época, y él mismo sufrió ataques antisemitas por parte de ciertos escritores famosos.