El 2 de julio de 1908, nace Luis Rubistein, poeta, periodista y letrista de tango argentino
Rubistein fue expulsado de la escuela en tercer grado y no terminó la escuela primaria, pero eso no le impidió ser letrista de tango, aficionado a la poesía y periodista en la futura revista Radiolandia.
Carlos Gardel llegó a grabar sólo uno de los tangos, “Tarde gris”, pero ese fue el comienzo de una cadena de éxitos como “Venganza”, “Carnaval de mi barrio” y “Charlemos”, que habla de dos desconocidos que se tienen un prometedor encuentro a través del teléfono y que termina con un “Soy ciego… perdóneme”.
Este final hizo que Julio Nudler, autor del seminal “Tango judío, del ghetto a la milonga”, especulara con que se trataba de una alusión velada a su condición judía, escrita cuando comenzaba el Holocausto en Europa y en la Argentina comenzaba el auge de los fascistas locales.
Nudler lee con la misma clave de interpretación la letra -cinco años anterior- de “La caída de la estantería”, en la que anuncia que “se aproxima el ciclón”.
Más explícitas y menos sujetas a interpretación las letras de los tangos “El camino de Buenos Aires” y “Yánkele (Mi muchacho)”.
“El camino de Buenos Aires” lleva el mismo nombre que el libro en el que Albert Londres denunciaba el tráfico y la explotación de mujeres llevada a cabo por la Zwi Migdal, y le valió más de un conflicto con los miembros de esa organización criminal.
“Yánkele” intercala versos en idish y en castellano y fue compuesta especialmente para “Soy judío”, una obra de Luis Pozzo Ardizzi que se transmití con mucho éxito por Radio del Pueblo. En el tango, una madre judía le canta a su hijo, pidiendo que acaben los sufrimientos de “esta vida horrible y atroz”.
Para saber más: Julio Nudler, “Tango judío, del ghetto a la milonga”, Editorial Sudamericana, 1998.