La historia secreta del ícono universal de la música judía, “Hava Naguila”
Antes de ser el himno judío universal que todos conocemos, “Hava Naguila” comenzó como una melodía popular jasídica. Pero sus orígenes reales permanecieron rodeados de un halo de misterio. ¿Cómo hizo una melodía popular religiosa de Europa del Este para convertirse primero en un emblema musical del movimiento sionista, para luego perder sus connotaciones religiosos y políticas para transformarse en una oda genérica a la alegría de vivir?
La historia comienza con el músico Abraham Zvi Idelsohn. Nacido en 1882 en Feliksburg, en el noroeste del Imperio Ruso (actual Letonia), en 1907 se instaló en
Jerusalén con su familia.
Vecino de Eliezer Ben-Yehuda, el padre del hebreo moderno, Idelsohn se fijó como objetivo crear una música hebrea moderna para acompañar el renacimiento nacional de la vida judía en su antigua patria.
En el espíritu del filósofo sionista Ajad Ha’am, Idelsohn comenzó a recopilar todas las riquezas de las tradiciones musicales judías que pudo encontrar en la provincia otomanda de Palestina otomana y en el resto de la diáspora judía.
Utilizando la recién inventada tecnología de grabación, comenzó a transcribir canciones populares y a hacer grabaciones de campo para forjar un viejo-nuevo sonido musical que sería (en su opinión) auténticamente judío.
El proyecto de Idelsohn se enmarcaba en el campo de su denuncia de la “asimilación” cultural y espiritual que experimentó entre los judíos alemanes, y criticaba a los demás músicos judíos por acudir en masa a la música clásica europea en lugar de interesarse por su propia herencia.
Y, como otros arquitectos de esta nueva cultura hebrea, Idelsohn se basó en la cultura religiosa judía para remodelarla en nuevas tradiciones nacionales laicas.
Fue en este contexto que Idelsohn estrenó una nueva canción, “Hava Naguila”, en el concierto de un coro mixto en Jerusalén en algún momento de 1918. El el lugar preciso de esa primera representación no está claro
En cualquier caso, el contexto es claramente una celebración de la nueva realidad judía que el sionismo aspiraba a lograr.
El texto hebreo de Idelsohn deja claro que se trataba para él de una ocasión trascendental:
“Hava, naguila hava, naguila hava, naguila venismeja”: “Venid, regocijémonos, regocijémonos, regocijémonos y seamos felices”.
Estas líneas se hacen eco del Salmo 118:24, “Este es el día que Dios ha hecho. Nos regocijaremos y nos alegraremos en él”, que es recitado durante el Halel, el conjunto especial de Salmos de acción de gracias agregado a la liturgia judía de las fiestas y otras ocasiones alegres. Abriendo un paréntesis, hay que decir que la autoría de la letra ha sido puesta en duda por vía judicial por los descendientes de uno de sus alumnos, Moshe Nathanson, quien para ellos sería su verdadero autor, en el marco de un trabajo práctico que le encargara Idelsohn. La justicia todavía no se expidió al respecto.
¿Qué hay de la melodía? Mucho más tarde, en 1932, Idelsohn escribió que él transcribió originalmente la melodía que escuchó de un jasid de Sadigurer en Jerusalén en 1915 (aunque hay indicios de que en realidad fue antes).
La comunidad jasídica de Sadigurer tiene sus raíces en la Ciudad de Sadigura, en la región de Bucovina (Sadhora en la actual Ucrania y por entonces parte del imperio austro-húngaro).
Los jasidim de Sadigurer permanecieron centrados en esa población hasta la Primera Guerra Mundial, cuando sus líderes huyeron a Viena y, finalmente, a Tel Aviv en 1938.
Mientras Idelsohn abandonaba el Mandato británico para establecerse en los Estados Unidos, “Hava Naguila” se extendía como un reguero de pólvora entre las comunidades judías del mundo.
Inmediatamente después de su estreno en Jerusalén, Hava Naguila se extendió rápidamente por todo el país y ganó el favor de los kibutzim y moshavim.
En camino a los Estados Unidos, Idelsohn produjo su primera grabación comercial, en Berlín en 1922, lo que potenció la difusión de “Hava Naguila” más allá del Ishuv.
Al mismo tiempo, sus esfuerzos de publicación elevaron rápidamente el perfil de la canción. “Hava Naguila” apareció en la segunda edición de su cancionero hebreo, también impreso Berlín en 1922.
A partir de entonces penetró rápidamente en los círculos juveniles sionistas y campamentos de verano judíos de Europa y América a finales de los años veinte y en los treinta.
Y así fue como “Hava Naguila” trascendió sus raíces místicas en Europa del Este y su reformulación hebrea moderna para convertirse en un símbolo universal
de la música (y la alegría) judía. Así era la melodía jasídica original:https://www.youtube.com/watch?v=z5L9GBd3ecQ
Y, como una muestra más de la universalidad de Hava Naguila, esta es la versión de Celia Cruz:
https://www.youtube.com/watch?v=LsHEpMof7fI