Una entrevista inédita a Michel Foucault revela una sorprendente actualidad y se distancia de las opiniones hoy prevalecientes en muchos medios “intelectuales”
Michel Foucault fue uno de los intelectuales más infuyentes de la segunda mitad del siglo XX,
Su obra resuena masivamente hasta el día de hoy no solo en los ámbitos de la “academia”, sino también en el periodismo, la política y el diseño de políticas públicas en los ámbitos más variados.
Foucault ha sido, mientras vivía y después también, casi un prototipo del intelectual “progresista”.
Y es por esa misma razón que provocaron tanta conmoción sus escritos sobre la revolución iraní, publicados en 1978 y 1979, donde muestra una notable fascinación por la dimensión religiosa (“espiritualidad política” la llama) del levantamiento contra el Shah.
Hay mucho de razón en esas críticas, sobre todo porque es manifiesta la subestimación de los riesgos de la toma del poder por los dirigentes religiosos iraníes. Pero también mucho de injusto, porque Foucault escribió mientras los hechos se desarrollaban, y no podía saber lo que sus críticos luego llegaron a saber: el rumbo que tomó la revolución iraní, qué sectores se hicieron con el poder, y cuáles fueron borrados de la escena. Sin hablar, claro está, los que critican sin haber leído realmente lo que escribió (o hecho el esfuerzo de entenderlo). Pero no hace mucho ha ocurrido un hecho excepcional, que ayuda a tener mucho más en claro la posición de Foucault: el descubrimiento de una entrevista con el semanario francés Le Nouvel Observateur realizado el 3 de enero de 1979 pero que no se había publicado. En la entrevista, publicada finalmente por el mismo semanario el 8 de febrero de 2018, no solo despeja muchas de las dudas sobre su posición frente al fundamentalismo religioso, sino que lo hace con consideraciones que podrían haber sido escritas ayer, absolutamente aplicables y esclarecedoras sobre muchos acontecimientos actuales. Aquí solo transcribiremos un pasaje, un sayo que cabe a muchos “expertos”, intelectuales, periodistas y “opinadores” varios de hoy en día. Pregunta del periodista (no identificado):
“Lo que ocurre hoy en Irán lleva a aquellos que -por vía de un cierto malentendido- han amado su reportaje, a encontrar toda suerte de virtudes en el ayatola Khomeini -por ejemplo- y en ese retorno a una práctica menos progresista” Respuesta de Foucault: “Hay ciertamente fenómenos de valorización un poco superficiales que hacen que haya que estar a favor si se trata de un país islámico.
Ese mismo movimiento de espiritualidad, cuando se producen en medio judío, suscita, en aquellos de los que venimos hablando, la desconfianza“.
Todavía un poco más de Foucault
Ya que estamos hablando de lo que hubiera pensado Foucault de ciertas derivas del pensamiento “progresista” contemporáneo, aprovechamos para invocar su opinión sobre otro de esos “vicios”: En sus clases, en Nacimiento de la biopolítica y en otros textos, critica e ironiza respecto a los que practican un deslizamiento entre, por ejemplo, los procesos de control de la Seguridad Social y los de los campos de concentración.
Un tipo de discurso que es, hoy en día, mucho más la norma que la excepción.