El 2 de septiembre de 1504, en Pilsen, el gobierno obliga a los judíos a llevar ropas especiales para ser distinguidos de los cristianos
En Pilsen, los concejales y regidores decretaron en esta fecha que todos los judíos, tanto residentes como visitantes, debían usar los “abrigos judíos” para poder ser distinguidos de las otras personas.
Las mujeres judías debían usar un velo con una cinta ancha amarilla y blanca.
Si se encontraba a una persona judía sin esas prendas, la pena sería de cinco monedas de cobre por cada vez que ocurriera.
El decreto hizo énfasis en que los que los judíos no debían confeccionar los velos, ni dedicarse a ninguna otra ocupación “cristiana”.