El 1 de agosto de 1990, nace Norbert Elias, uno de los principales sociólogos del siglo XX y fundador de la llamada “sociología figuracional”
Norbert Elias fue un sociólogo alemán cuyo trabajo se centró en la relación entre poder, comportamiento, emoción y conocimiento.
Es especialmente conocido por su teoría de los “procesos de civilización” y por la originalidad de su pensamiento, que ha no sólo “inventado” nuevos objetos de investigación sino también nuevas maneras de abordarla.
Elias nació en 1897 en Breslau (por entonces Alemania), en donde estuvo profundamente involucrado en el movimiento sionista alemán y fue uno de los principales intelectuales dentro del movimiento juvenil judío-alemán “Blau-Weiss” (Azul y Blanco).
Durante esos años conoció a otros jóvenes sionistas que luego serían intelectuales destacados, como Erich Fromm, Leo Strauss, Leo Löwenthal y Gershom Scholem.
En 1935 se trasladó a Gran Bretaña, en donde trabajó en su obra magna, “El proceso de civilización” con una beca de una organización de ayuda a los refugiados judíos.
En este trabajo, describió al genocidio de los judíos por parte de los nazis como un “estallido de descivilización” en una civilización que sufría de decadencia y de una regresión a la barbarie.
Norbert Elias y el antisemitismo
En uno de sus primeros textos, de 1929, Norbert Elias distingue dos formas de conceptualizar el antisemitismo en Alemania.
El primero, “ilustrado” o individualista, ve en el antisemitismo el producto de militantes antisemitas, que movilizan a grupos populares contra la población judía y desaparecen cuando se realiza correctamente una labor pedagógica.
Elias favorece, en cambio, una segunda visión, sociológica, según la cual el antisemitismo depende de la situación social de la población judía alemana y de sus relaciones con otros grupos.
Explica así que el antisemitismo sube y baja según las configuraciones sociales, más que según los agitadores antisemitas.
Así, la burguesía alemana de la década de 1930 atacó a la población judía por las mismas razones por las que atacó al proletariado organizado.
Las posiciones de liderazgo que ocupan los políticos judíos en la República de Weimar o entre los líderes del movimiento obrero los convierten en objetivos para monárquicos y fascistas.
La urbanización de la población judía la equipara, a los ojos del pequeño campesinado y de los pequeños comerciantes desprovistos de pares judíos, con mayoristas, grandes comerciantes o terratenientes.
En palabras de Norbert Elias, “la burguesía alemana cristiana convertida en conservadora, que ahora tiene que luchar relativamente duro en un espacio económico que se ha atrofiado, está librando, bajo la forma del antisemitismo, una lucha contra el competidor que se opone a sus intereses, y que se percibe como perteneciente a un grupo especial, siempre más o menos ostensible, fácil de señalar“