El 14 de junio de 1906, comienza el pogrom de Bialystok
La violencia comenzó cuando dos procesiones cristianas tuvieron lugar al mismo tiempo: una, católica, a través de la plaza del mercado celebrando Corpus Christ, y otra ortodoxa a través de la ciudad nueva de Białystok, celebrando la construcción de una catedral.
La procesión ortodoxa era seguida por una unidad de soldados. En un momento, se arrojó una bomba contra la procesión católica, y se realizaron disparos contra la procesión ortodoxa.
Un vigilante de una escuela local, Stanislaw Milyusski, y tres mujeres, Anna Demidyuk, Aleksandra Minkovskaya y Maria Kommisaryuk fueron heridas.
Estos constituyeron la señal de largada para el comienzo del pogrom: testigos informaron que simultáneamente con los disparos alguien gritaba “¡ataquen a los judíos!”
Una vez realizados los disparos, la violencia comenzó inmediatamente.
Una multitud de matones, incluidos miembros de las Centurias Negras, comenzó a saquear tiendas y apartamentos de propiedad judía en la calle Nova-Linsk.
Los policías y soldados que habían seguido a la procesión ortodoxa permitió que ocurriera la violencia o incluso participó en ella.
El primer día del pogrom fue caótico. Mientras que las unidades del ejército zarista, llamado a Białystok por las autoridades rusas, intercambiaban disparos con los grupos de autodefensa judíos, pogromistas armados con cuchillos y garrotes de metal se dispersaron por las principales áreas de la ciudad para continuar el pogrom.
Algunas áreas judías de la ciudad pudieron ser protegidas por las unidades de autodefensa, generalmente organizadas por los partidos obreros, que enfrentaron a atacantes y saqueadores pese a los ataques a balazos de los dragones zaristas.
Gracias a las unidades de autodefensa judía, varios barrios de clase trabajadora escaparon a la violencia y se salvaron miles de vidas.