Los resultados de un estudio reciente sugieren que los restos encontrados en una fosa común descubierta en un pozo medieval en Norwich, Inglaterra, fueron víctimas de un infame ataque antisemita en 1190…
El estudio, publicado en la revista científica Current Biology, se basa en el análisis del ADN de los restos descubiertos en 2004 durante las obras de construcción de un centro comercial.
Los 17 cuerpos que se encontraron fueron identificados en 2011 como probablemente pertenecientes a una familia judía de origen ashkenazi.
El nuevo estudio utilizó la datación por radiocarbono de los huesos, así como el análisis de los fragmentos de cerámica encontrados en el pozo para sugerir que los cuerpos fueron parte de un episodio históricamente comprobado de violencia antisemita el 6 de febrero de 1190.
De los 17 individuos descubiertos, seis tenían ADN bien conservado y suficiente como para analizar y secuenciar. Los resultados sugirieron que vivieron entre 1161 y 1216. Los hallazgos también indicaron que tres de ellas eran hermanos, y el resto probablemente también estaban relacionados..
La masacre fue llevada a cabo contra la comunidad judía de la ciudad por una turba que se dirigía a la Tercera Cruzada, impulsada por décadas de teorías conspirativas antisemitas y libelos de sangre.
Los investigadores extrajeron ADN de los restos y lo compararon con muestras tomadas de judíos ashenazíes modernos. Descubrieron que el patrón genético de los judíos asquenazíes ya estaba presente en el siglo XII, antes de lo que se creía hasta ahora.
El estudio fue el primero en investigar ADN antiguo vinculado a la comunidad judía, en gran parte debido a que la ley judía que prohíbe perturbar los restos humanos.
Actualmente no hay genomas disponibles de individuos judíos conocidos del período medieval o anterior, en gran parte porque la exhumación y las pruebas científicas de los restos judíos están prohibidas.
Pero en este caso, los investigadores no supieron que los restos eran probablemente judíos hasta después de hacer los análisis genéticos.
El estudio aborda tales preocupaciones religiosas y éticas, señalando que luego de los primeros indicios de que los cuerpos pertenecían a miembros de la comunidad judía, se realizaron los análisis posteriores con la cooperación y el apoyo de la Congregación Hebrea de Norwich, y con la aprobación de la Oficina del Gran Rabino.
Los científicos señalaron que los restos fueron enterrados de nuevo en 2013 en el cementerio judío de Norwich, acompañados de una placa conmemorativa.
Los resultados del estudio, escribieron los investigadores, brindan nuevos conocimientos sobre un significativo crimen histórico, sobre la historia de la población ashkenazi y sobre los orígenes de las enfermedades genéticas asociadas con las poblaciones judías modernas. Referencias: Selina Brace, Yoan Diekmann, Thomas Booth, Sophie Cabot, Mark G. Thomas, Ian Barnes, Genomes from a medieval mass burial show Ashkenazi-associated hereditary diseases pre-date the 12th century,Current Biology, August 30, 2022
DOI: https://doi.org/10.1016/j.cub.