Una pareja italiana cuyos antepasados se vieron obligados a ocultar su fe se casaron en las ruinas de una antigua sinagoga en Calabria, la primera boda judía en el sitio en 1500 años
Roque Pugliese e Ivana Pezzoli se casaron a principios de este mes en presencia de unos 100 invitados, entre ellos líderes de la comunidad judía italiana y descendientes de anusim. en la sinagoga de Bova Marina, en Calabria.
El rabino Umberto Piperno, ex rabino jefe de Nápoles, ofició la boda ortodoxa de la pareja.
Tanto la novia como el novio son descendientes de anusim (los mal llamados “marranos”), los judíos que que tuvieron que ocultar su fe o practicarla en secreto durante las persecuciones que duraron varios siglos.
Aunque es muy conocida la historia de los anusim en el ámbito luso-hispano (alrededor de 20% de los habitantes de España y Portugal tienen antepasados judíos), es mucho menos sabido que algo semejante ocurre en el sur de Italia y Sicilia, que estuvieron bajo dominio español y cuyas comunidades judías sufrieron las mismas persecuciones que las de España y Portugal.
Los padres de Pugliese, que creció entre Calabria y Argentina, escondieron sus raíces judías. Al descubrir ese origen, Pugliese decidió regresar formalmente al judaísmo con la ayuda de la organización Shavei Israel.
Shavei Israel es una ONG que ayuda -entre otros- a los descendientes de anusim a encontrar el camino de regreso al judaísmo.
Pezzoli, por su parte, se crió con ciertas tradiciones judías en su familia, que nadie explicaba. Al investigar su historia familiar, descubrió que tenía raíces judías y se embarcó en un extenso estudio del judaísmo durante más de ocho años antes de someterse a una conversión formal.
Pugliese y Pezzoli, son médicos y se conocieron mientras trabajaban en un hospital local. Decidieron casarse en una ceremonia judía tradicional como un tributo a sus antepasados.
En Bova Marina se encontraron los restos de una sinagoga del periodo romano durante trabajos de construcción en los años ochenta.
Las decoraciones del sitio descubierto en Bova Marina datan de los siglos IV al VI -cuando la sinagoga cayó en desuso- e incluyen varios símbolos judíos como el etrog (el cítrico que es uno de los símbolos de Sucot y que los granjeros de Calabria cultivan y exportan hasta el día de hoy a todo el mundo).