Es imprescindible saber de dónde venimos para poder decidir hacia dónde queremos ir. Sepa cómo encontrar sus raíces, sepa encontrase a usted mismo.
Para empezar tenga en cuenta que recabar la información genealógica de su familia puede ser una tarea que le llevará tiempo y esfuerzo.
Debe saber organizarse, mantener ordenado todos los papeles (que serán muchos más de los que usted pueda imaginarse) y ser paciente.
Para comenzar
Por cada persona debe llevar un registro individual con todos los datos que pueda obtener. Incluya: nombre y apellido, fecha y lugar de nacimiento, último domicilio y contactos (teléfono, correo electrónico, dirección postal), nombre de padre y madre, nombre de esposa o pareja (registrar todas si ha tenido más de una), nombre de los hijos, lugar y fecha de defunción.
Empiece con usted mismo y su familia y luego envíe una de estas planillas a sus padres y a todos los integrantes de la familia.
Pida que completen la planilla y la envíen a su dirección; haga que llenen una planilla por cada hijo que tengan; prometa enviar una copia del trabajo una vez que lo haya terminado.
Con el uso de Internet esta tarea puede hacerse de forma rápida y eficiente.
Intente conseguir algún programa específico que le ayude a ordenar la información, que más pronto que tarde se convertirá en decenas de pilas de papeles.
De todas formas, cualquier programa que le permita vincular una planilla con las demás podrá realizar el trabajo.
Toda esta información será la estructura donde se apoyará para realizar la historia genealógica de su familia.
A partir de estos datos usted podrá contactar, establecer las relaciones y tener una orientación espacio-temporal de cada integrante de la familia.
A medida que vaya encontrando documentos, escritos, publicaciones o cualquier información extra, puede adosarlo a la planilla que ya tiene del individuo. Por ejemplo el certificado de nacimiento o de defunción, algún artículo de periódico donde aparezca uno de sus familiares, fotografías, toda documentación es valiosa en un trabajo como éste.
Además de la información formal, como fecha de nacimiento o nombre de la esposa, pueden agregarse migraciones, profesión, alguna anécdota, creencias o ideologías.
Todos estos datos son los que en realidad valen la pena. Son estas historias las que queremos conocer y contar, el resto es, aunque indispensable, sólo una enumeración de nombres.
Las entrevistas
Una vez que tenga todo bien organizado y haya hecho todo el trabajo que podía hacer desde su casa puede comenzar con las entrevistas.
Pregunte a los familiares y amigos algo acerca de una persona en particular. Siempre existen historias interesantes que involucran a más y más gente.
Antes de que usted se dé cuenta, verá pasar la historia de la humanidad ante sus ojos.
Cuando encuentre todas las salidas cerradas, pase al siguiente individuo. Un hermano, hijo o tío siempre saben cosas que pueden ayudar en la investigación.
Si sabe dónde ha vivido puede ir a visitar la casa y preguntar a los vecinos, por lo general ellos, más aún si no es un barrio demasiado poblado, podrán contarle muchas cosas.
Si la persona profesaba alguna religión tal vez esté registrada en la institución (iglesia, mezquita, templo) de la que formaba parte.
Los documentos
Muchas veces encontrará que los datos se contradicen. No se detenga en esto, primero reúna toda la información posible y luego podrá descifrar cuál es la fecha o
lugar correctos.
Para esto es fundamental que encuentre documentación: diplomas, pasaportes, registros de matrimonio, etc.
Estos documentos contienen fechas de nacimiento, ocupación, fotografías, registro de viajes, y cantidad de información que uno, al principio, ni siquiera sospecha que pueda estar registrada.
Los certificados de defunción también aportan, además de fecha, lugar, edad, etc., las causas de muerte.
En los avisos de obituarios se agrega algo de información, suelen incluir la ocupación de la persona y otros datos acerca de su vida.
Los cementerios también son una gran fuente de información. Muchas veces las tumbas de los miembros de una misma familia se encuentran cerca una de otra. A partir de esto pueden abrirse nuevas ramas de relaciones.
Fotografías
Reúna todas las fotografías que pueda encontrar. Allí puede verse de forma más patente la relación entre las personas, quién se sentía más cercano con quién, o a quién se parece uno. También quedan registradas, en las esquinas borrosas, personas que no pretendían ser fotografiadas: una nueva fuente de información.
Es posible que algunas de estas personas hayan llevado un diario que, con el permiso de los familiares para leerlo, puede ser de gran ayuda.
Archivos
Muchas ciudades tienen accesos abiertos a los censos que se han realizado. En muchos países, estos registros se remontan al mil ochocientos o anteriores.
También existen registros de la inmigración, aunque estos son de acceso más difícil.
Puede comenzar investigando en Internet, allí se publican gran parte de esta información. Existen sitios de Internet dedicados a reunir y conectar diferentes árboles genealógicos. De estos sitios también puede bajar los programas que le ayudarán a organizarse, que harán más fácil su búsqueda.
Sólo se necesita un mensaje por correo electrónico para contactarlos. Pero recuerde no enviar información personal (dirección postal o teléfono) a alguien desconocido.
Por último, comparta la información y documentación que tenga, recuerde que la genealogía no es otra cosa que ayudar la gente (a uno y a los demás) en la búsqueda de las raíces y de la identidad.