En la investigación genealógica, una escritura podría ser también una herramienta útil para ir recabando información. En esta nota, algunas claves para que puedas encontrar en ellas mucho más que datos inmobiliarios
En más de una oportunidad, la respuesta a un interrogante genealógico se puede encontrar en las escrituras de bienes inmuebles y otros documentos legalizados. Si bien es cierto que las mismas generalmente no contienen información genealógica, como mínimo, estas escrituras lo podrán ayudar a establecer donde y cuándo vivieron sus antepasados.
Incluso, en algunas oportunidades, podrá encontrar referencias de familia, como por ejemplo “la misma tierra que heredé de mi padre, Abraham, como él mismo cuando fue heredero, y que pienso legarles a mis hijos”: de esta forma podrá haber sabido el nombre del padre.
También, se podrían revisar algunos registros sobre tierras para saber si hubo herederos, o incluso ubicar sus listas, especialmente en aquellos casos donde hubo un acuerdo por la herencia de las propiedades.
Por ejemplo, si su antepasado recibió como herencia “un quinto interés indivisible” de una parte de su propiedad, esto indicaría que él y otros cuatro herederos, probablemente sus hermanos, pueden haber heredado la propiedad, e incluso esos nombres pueden estar en otras escrituras referidas.
Las escrituras pueden también ayudar a establecer si un antepasado estuvo casado, ya que, por ejemplo, la venta de una tierra requiere del consentimiento de la esposa.
La ausencia del nombre de una esposa indica que el vendedor fue soltero, separado o viudo durante ese tiempo.
Otro ejemplo en el que estas escrituras podrían ser útiles: usted podría tener problemas para encontrar la fecha de defunción de la esposa de un antepasado, antes de que este se volviera a casar con una mujer.
Pero al verificar cuidadosamente las escrituras, podría advertir, en sus muchas transacciones de tierra, que existe un período en el cual el vendedor de la tierra firma sólo, sin el consentimiento de la esposa, con lo que se puede deducir los momentos cercanos al fallecimiento de la primera mujer y, luego, cuando aparezca por primera vez la firma de otra mujer, el tiempo de enlace con la posterior.
Si bien algunas ciudades tienen índices exactos de los registros de escritura, generalmente éstos índices sólo se ordenan por “vendedores” y “compradores”, por lo que otras personas que podrían ser mencionadas en las escrituras no están incluidas en los índices, y la información que usted busca puede estar “perdida” entre cientos de libros de actas.
Por eso, no se desanime si los nombres no figuran en los índices, pero prepárese con mucha paciencia para encontrarlos…