Las preguntas acerca del amor pueden traer respuestas a muchas cosas. Y estas respuestas pueden ir más profundo si las preguntas se refieren a ti mism@ y a tu familia…
Las historias de amor, aunque sean las únicas que valen la pena, no suelen ser contadas por los abuelos, los tíos o, incluso, los padres.
Son todas esas pequeñas historias las que nos hacen lo que somos y, a pesar de semejante importancia, son las más silenciadas. Muchas de nuestras propias
actitudes pueden ser explicadas por esto que ha quedado en silencio y por eso es nuestra responsabilidad sacarlas a la luz.
Para comenzar a recolectar estas historias, comience con las que usted tiene para contar.
Pregúntese quién fue su primer amor, cómo se conocieron, cuál es el recuerdo más patente; alguna vez le han roto el corazón, quién fue, cómo sucedió.
Estos recuerdos seguramente le darán nostalgia y alegrías. Recordará vestidos, árboles y noches. Tal vez descubra que se arrepiente de algo, tal vez le de intriga saber qué pasó con aquella persona.
Por lo general son personas con las que compartimos mucho, aunque ya no estemos más en contacto.
Personas que tal quiere volver a encontrar.
¿Quién fue ese gran amor? ¿Qué ha sido de esa persona?
Luego piense en el amor en sí. En si ha cambiado su concepto acerca de él a través de los años y las relaciones.
Piense en cómo quiere que vivan sus hijos el amor. En los consejos que quiere darles cuando llegue el momento oportuno. Qué errores espera que no cometan.
Mire el amor como un objeto, pregúntese si es algo doloroso o placentero, divertido o aburrido, exigente o tolerante, en fin, si vale la pena tanto esfuerzo. Y qué es exactamente lo que vale la pena.
Una vez que haya hecho esto, es turno de sus parientes para que respondan a las preguntas.
Pregúnteles acerca de los noviazgos, de cómo han declarado su amor a esa persona. Éstas suelen ser las más divertidas.
Pregunte quiénes fueron los grandes amores, los momentos más románticos, los parajes más extraños.
Haga que le cuenten acerca de aquellas parejas de las que nadie habla, las anteriores a estar casados y tener hijos.
Descubrirá que tiene muchas más preguntas para hacerle a los demás que las que se ha hecho a usted mismo.
Hay cosas que no queremos preguntarnos. Cuando las descubra no deje de hacerse estas preguntas. Descubrirá cosas asombrosas y aprenderá mucho de quién es y qué es lo que quiere.